También denunciamos la maniobra del Ejecutivo Nacional, a través de la vicepresidenta de la Nación Gabriela Michetti con el apoyo de algunos medios masivos de comunicación, dado que desde la tarde vienen preparando el clima para un escenario represivo.
Así, luego de las 22 horas, cuando finalmente se votara, la represión fuera una profecía autocumplida.
Y el 9 de agosto, la noticia central sea los supuestos “desmanes” y no la forma en que el Senado, con la presión expresa de las iglesias y las fuerzas más rancias del patriarcado, pretende detener la marea verde, en una sesión que culminó con 31 votos a favor y 38 en contra.
Pero la marea verde está alerta y activa.
Fuimos dos millones sólo en la ciudad de Buenos Aires, somos cada vez más. Y, en las calles, la legitimidad para la interrupción voluntaria del embarazo ya se ganó.
Por eso la frase “en las calles el aborto ya es ley” expresa que la sociedad está de acuerdo con la legalización. El Senado de la Nación, en lugar de representar la voluntad popular, pretendió perpetuar la opresión de las mujeres que cursan un embarazo no deseado.
Más allá de la resolución del Senado, este 2018 pasará a la historia porque por primera vez se llega a tratar en el Congreso de la Nación el proyecto de ley por la interrupción voluntaria del embarazo promovido por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.
En las calles ya ganamos: porque se abrió un debate que hasta hace pocos años era tabú, circularon argumentos de salud pública, argumentos epidemiológicos, argumentos relacionados al feminismo, a la maternidad deseada, a la sexualidad y a la emancipación de las mujeres y personas gestantes.
Por eso, cada representante de la Cámara alta tendrá las consecuencias políticas de su voto negativo.
El Estado que no legisla el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo es un Estado femicida, ya que las muertes por aborto clandestino son responsabilidad del Estado.
Desde la Campaña Nacional contra las Violencias hacia las Mujeres seguiremos en las calles por el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y con la convicción de que la ola verde es una ola feminista en expansión, para terminar con todas las violencias.
JUNTAS SOMOS PODEROSAS
CAMPAÑA NACIONAL CONTRA LAS VIOLENCIAS HACIA LAS MUJERES