(Por Sonia E. Coca /APL) «De acuerdo a las últimas informaciones del Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven” en el transcurso del 2020 a la fecha, han asesinado a 87 mujeres en la Argentina. La cuarentena dispuesta por el PEN no ha minimizado esta tendencia que lleva a las mujeres a morir en manos de machos asesinos. Ahora bien, es necesario aclarar que: ni todos los hombres son asesinos, ni todos los hombres son violadores y/o pederastas o abusadores sexuales. Sin embargo, en el contexto actual en el que el enemigo es “un ejército invisible” pareciera ser necesario y obligatorio desconfiar del otro por “seguridad”, en particular si ese otro es hombre. Y si este hombre lleva gorrito, visera o capucha: ¡madre mía! (…)Hace aproximadamente una semana en Córdoba capital, mi hijo (estudiante) salió a comprar a una farmacia distante a dos cuadras de su vivienda. De regreso a su domicilio se cruzó con una joven que al verlo (¿con buzo con capucha?) intenta arrojarle gas pimienta al rostro. No alcanzó a arrojarle el gas porque él -aunque atónito- pudo hablarle. ¿Y si no hubiera podido convencer a la joven? Solo y sin teléfono, sin testigos, en una ciudad en la que no tiene familia, su madre vive en Chubut, qué hubiera pasado con él?». Fragmentos salientes de la nota de SEC que, completa, brindamos más abajo. (Contacto con SEC: soniaecoca@gmail.com )
De acuerdo a las últimas informaciones del Observatorio de las Violencias de Género “Ahora Que Sí Nos Ven” en el transcurso del 2020 a la fecha, han asesinado a 87 mujeres en la Argentina. La cuarentena dispuesta por el PEN no ha minimizado esta tendencia que lleva a las mujeres a morir en manos de machos asesinos. Ahora bien, es necesario aclarar que: ni todos los hombres son asesinos, ni todos los hombres son violadores y/o pederastas o abusadores sexuales. Sin embargo, en el contexto actual en el que el enemigo es “un ejército invisible” pareciera ser necesario y obligatorio desconfiar del otro por “seguridad”, en particular si ese otro es hombre. Y si este hombre lleva gorrito, visera o capucha: ¡madre mía!
DANGER. DANGER.
La respuesta de algunos feminismos a esta verdadera pandemia de la muerte pareciera hacer creer que “los escraches virtuales” dan óptimos resultados, otros sectores -los menos- optan por ofrecer capacitaciones de defensa personal y en algunos de los mismos, se promueven el uso de herramientas, artefactos, gas pimienta industriales y caseros. Otros feminismos optan por la vía institucional de los protocolos y la denuncia que reproduce más violencia en lxs afectadxs.
¿CUÁLES SON LOS ANTÍDOTOS A ESTA PANDEMIA DEL MIEDO?
Se desconfía hasta de la propia sombra y se aplauden ejércitos que demostrado está, han violado todos los derechos humanos acá y en cualquier lugar del planeta. La debilitada memoria colectiva de nuestra sociedad o la elección miserable del sálvense quien pueda, sumado al triste papel de ciertos feminismos posibilita un camino no de deconstrucción real del machismo y está a años luz de combatir el patriarcado.
No todos los hombres son machistas y no todos los hombres son “violines” o torturadores. También hay mujeres machistas, pederastas y organizaciones feministas y sindicales que promueven la esclavitud y tortura con el cuerpo de las mujeres. En tal sentido, podemos destacar que dirigentas AMMAR CTA, en Neuquén, han sido condenadas por proxenetas. Sólo un ejemplo.
En este contexto donde las libertades son manejadas por decretos del PEN, poder transitar resguardando la propia vida debe ser no sólo un objetivo esencial sino un derecho insoslayable.
Hace aproximadamente una semana en Córdoba capital, mi hijo (estudiante) salió a comprar a una farmacia distante a dos cuadras de su vivienda. De regreso a su domicilio se cruzó con una joven que al verlo (¿con buzo con capucha?) intenta arrojarle gas pimienta al rostro. No alcanzó a arrojarle el gas porque él -aunque atónito- pudo hablarle. ¿Y si no hubiera podido convencer a la joven? Solo y sin teléfono, sin testigos, en una ciudad en la que no tiene familia, su madre vive en Chubut qué hubiera pasado con él?
El gas pimienta provoca inflamación no letal de todas las membranas mucosas de los ojos, la nariz, la boca, los pulmones. Se cierran los ojos de golpe por el ardor intenso y por lo tanto produce ceguera temporal. Los efectos pueden durar de 30 minutos a dos horas.
Como mujer y como militante de la plena vigencia de los derechos humanos, debo decir que acompaño a víctimas de violencia (de cualquier violencia) y observo con extrema preocupación el comportamiento de algunos feminismos que menoscaban y estigmatizan al género masculino sólo por el hecho de ser el “sexo opuesto” ya que con ese sintético análisis esgrimen “si es opuesto, es el enemigo”.
NO ES ESE EL CAMINO, MUJERES. NO.
Recientemente, pudieron agredir sin motivo alguno a mi hijo, pero me consta que han tratado de violadores y asesinos a hombres que no acuerdan políticamente con alguna postura de ciertas agrupaciones que dicen ser feministas. Hombres que luchan codo a codo con mujeres porque nos une clase y explotación y también la utopía de defender la madretierra de lxs expoliadores de siempre.
No hay género que valga en esa lucha. Así lo entendieron grandes feministas como Sojourner Truth, Flora Tristán, Clara Zetkin, Berta Cáceres, Tarcila Rivera, Silvia Rivera Cusicanqui, Bartolina Sisa, Janequeo y tantas otras guerreras.
El peor antídoto a cualquier lucha es el miedo.
Ojalá este tiempo de encierro, a nosotrxs lxs privilegiadxs por tener aún comida en nuestra olla, nos sirva para encontrar a los verdaderos enemigos y a ellos sí, gas pimienta.