Así, solicitan al juez “su intervención por esta situación anómala que estamos padeciendo y evidentemente que existe un acuerdo entre el servicio penitenciario y los tres juzgados de ejecución de la ciudad de Córdoba, para frenar la progresividad a los internos. Los señores jueces avalan todo lo que el servicio penitenciario decide en cuanto a la progresividad, y el estado de detención de una persona. Es un sistema fascista el que nos rige: obviando la reinserción social”, dicen los detenidos al juez.
También, en el escrito detallan que el “estado de detención de este lugar, es muy riguroso, con muros que impiden la circulación del aire (aireación natural) a las celdas, y donde no se asegura la renovación del aire por otros medios, y tengan en cuenta que tener un ventilador está prohibido. Este era un pabellón de máxima seguridad donde el único cambio que tuvo es que nos dejan las puertas de las celdas abiertas. Estamos conviviendo dos personas en el espacio pensado para una, no contamos con un baño externo, por si queremos hacer uso de él en el momento en que nuestro compañero está comiendo, por ejemplo”.
“Un detalle no menor – prosigue la denuncia-, es la falta de agua que venimos sufriendo en esta unidad. Este pabellón tiene un exceso de encierro, y ya se cobró la vida de dos personas (también por falta de atención médica), primero Pedro De La Vega, y el veintiséis de diciembre, Héctor Rubén Suaré, por sofocamiento de calor y falta de aire. Invitamos a ustedes a corroborar lo dicho, traten de no hacerlo esos días donde la sensación térmica es de más de cuarenta grados, porque aquí la asistencia médica es pésima o inexistente”.
Asimismo, los presos indican que: “El régimen penitenciario se basará en la progresividad, procurando limitar la permanencia del condenado en establecimientos cerrados y promoviendo en lo posible conforme a su evolución favorable, su incorporación a instituciones separadas, regidas por el principio de autodisciplina, y es aquí donde está el nudo de la cuestión, porque en este sitio donde nos encontramos, no hay espacio de autodisciplina, sino todo lo contrario, ya que todos estamos en la face de confianza (muchos con concepto muy bueno), y este ambiente no es apto para lo que el consejo correccional pretende para un período de prueba”.
Finalmente, los detenidos solicitan “amparo dado que fuimos amenazados con ser trasladados a Cruz del Eje, por parte del director y jefe de seguridad, alcalde mayor Luján y sub alcalde Guzmán.”