«Por mi detención en Florencio Varela, el agradecimiento ilimitado y un relato de los hechos»

(Por Eduardo «Negro» Soares) El martes 25/8 a la madrugada se comunican con nosotros, la Gremial de Abogados y Abogadas un grupo de gente que estaba ocupando un predio en el Barrio Pico de Oro en Varela. No conocíamos a nadie. Nos cuentan que ya habían ocupado el lugar, y que la Municipalidad les prometió contemplar su situación con la condición de que desalojen. Lo hicieron y los dejaron tirados. Fuimos a Varela con Rosario Fernández y dejamos a Laura Taffetani de guardia. Llegamos y vimos un importante cerco policial. Hablamos con el Comisario Inspector Rodríguez quien me dijo que procedería al Desalojo por el delito de “Tentativa de Usurpación”. Le requerí orden judicial y  refirió no tenerla y que “cumplía órdenes”.

Le explique que la usurpación ya se había concretado porque esas de familias estaban en el predio, que por tanto al ser un delito de accionar privado debía exhibirse el título del denunciante.

“debe estar en algún lado, vaya a la Fiscalía”, me dijo.

Se negó a darnos datos de la causa.

Le explicamos con Rosario que hay un protocolo de la Corte para accionar en usurpaciones que indica notificar a la Secretaria de DDHH, al Servicio local de Niñez y además debe establecerse los imputados una Mesa de Diálogo.

Debe la Fiscalía citarlos a leerles los derechos y notificarles la imputación.

“Comisario Ud. desconoce si esta gente posee escrituras o boletos” le dije.

“que van a tener estos??!!” me contestó.

Tuvimos una discusión porque le pedimos entrevistarnos con nuestros asistido porque además no los conocíamos.

Lo quiso impedir, con lo cual saltamos unas zanjas y nos medimos igual.

Nos encontramos con hombres y mujeres jóvenes con bastante nivel de conciencia y dispuestos a no irse del lugar.

Me comunique con funcionarios de Nación y de Provincia explicando la situación.

Avanzamos con la Provincia en ver si se determinaba una Mesa de Diálogo (también prescripto por la Ley) y pedí que en esa mesa estuvieran los supuestos dueños con sus títulos.

Idas y vueltas y finalmente me reconocieron que el problema no eran los títulos (inexistentes) sino el interés concreto de la Intendencia en esos terrenos.

Me dijeron “Negro, vos sabés como es esto, la cuestión no es Jurídica, la Intendencia dice que sin abandono del inmueble no hay diálogo”.

Les explicamos que (en teoría) la Intendencia no es parte y que las imposiciones debe hacerlas un juez, o un fiscal.

Fuimos a hablar nuevamente con los jefes del operativo y nos ignoraron.

Dispusieron a la infantería para atacar.

A mi edad entre lo poco que tengo, está mi credibilidad, y predicar toda la vida con el ejemplo.

No sé si ese supuesto valor significa mucho hoy día, pero es lo único que poseo.

Esa gente no nos conocía pero confiaban en nosotros y para mantener esa confianza no hay otra que pagar el costo que hubiera que pagar.

Informé a mis cros de la Gremial que me quedaría con la gente.

Y también informé a los funcionarios de la Provincia de Buenos Aires lo mismo.

Decidí quedarme con la gente y que Rosario pueda registrar todo desde más afuera.  Le entregué mi celular y todo lo que tenía a ella.

Discutimos varias veces con Rosario porque se acercaba cuando ya avanzaba la infantería.

Hablé con los jóvenes dirigentes de la Toma y les explique que sería difícil aguantar la embestida de la Infantería con semejante aparato.

Les dije que no es ninguna vergüenza retroceder y preservarse para volver más adelante.

Parecieron entenderlo porque se dispuso la gente más para retroceder que para resistir.  Eso en gran medida evitó más detenciones.

Pero ya era tarde para todo, porque atacaron.

Pudimos sacar de las manos policiales a varias mujeres y en medio de todo eso ordenar como se pudo la retirada de muchos.

En ese revoleo me cayeron 3 o 4 tipos y me detuvieron.

Lo más interesante es que mis colegas llegaron al Juez y este negó conocimiento de los hechos ni haber dado orden de detención.

El Acta que nos labraron fue de una especie de contravención.

Todo se tapó de inmediato. No hay actuaciones judiciales como no sea una simple notificación a los 13 detenidos.

Y por supuesto, lo que una vez más queda claro es que en municipios como Varela o Guernica son feudos y las policías responden a esos Señores Feudales o a los dirigentes PJ del lugar.

Es lo que es.

Podrán criticarnos por esto, pero es así.

En Varela, esas tierras eran de interés de la Intendencia. Y un intendente manda más que un juez.

Y es lógico, porque la habilitación a los altos jefes policiales de un distrito, para prostitución, drogas, explotación laboral, etc la produce un intendente, no un juez.

Ni siquiera un ministro.

De manera que la policía reventar a a palos a quien el intendente le diga.

Aunque el juez lo desconozca.

Una vez más se verifica lo que la Gremial no se casará de plantear: pedir justicia en un Estado injusto es una utopía.

Eso no existe.

Organizarse y luchar por un estado con Justicia quizás tenga menores costos que el alto precio que todos los días se paga por Gatillo Fácil, muertes de jóvenes en las cárceles o Causas Armadas.

Por mi parte no dudaré en volver a hacer lo que hice, una y otra vez.

La coherencia es algo tangible, no teórico, y se demuestra con el ejemplo. Yo al menos, no conozco otra forma.

En el caso de la Gremial o de mi rol como presidente de la misma, siempre estaremos a disposición de quien tienda mesas de Diálogo y jamás nos negaremos a sentarnos a intentar evitar mayores sufrimiento a nuestro Pueblo.

Pero cuando hay lucha, siempre estaremos del lado de los agredidos, de los explotados, de los perseguidos, cualquiera sea la forma de pelea que elijan.

Mi agradecimiento a todos y todas, las muchísimas organizaciones y los muchísimos compañeros y compañeras es inmenso.

Sé cuanto se preocuparon por mí y por la Gremial, estoy maravillado y en deuda con todos.

Un abrazo interminable.

El Negro Soares

Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina