Los incendios de Córdoba están en todo los medios. Pero ninguno dice que detrás del humo se esconde la codicia del agronegocio y la estafa inmobiliaria, amparada por la complicidad del poder político. Además de la pérdida de la flora y la fauna, también desaparecen las viviendas de campesinos, artesanos y de muchas familias. Solo entre el 15 de marzo y el 31 de julio desaparecieron casi 30 mil hectáreas de bosques nativos. Una crónica desde la furia y el enojo por la situación que atraviesa hoy el pueblo cordobés. (Texto: Meli Cuitiño/Foto: Guille Galliano/Sudestada).
Arde Córdoba desde hace más de un mes y la provincia no tiene aviones hidrantes ni equipamiento suficiente para los bomberos. Arde Córdoba y la gente, los vecinos de la zona, combaten el fuego haciendo la guardia de cenizas para cuidar que los focos no se prendan nuevamente. Arde Córdoba y en los medios hegemónicos de información autoridades del gobierno provincial como Diego Concha, director de Defensa Civil, sale a decir: “la prioridad para nosotros es proteger la vida”.
Arde Córdoba y van 100 mil hectáreas de monte y biodiversidad afectada, incalculable proporción de vida silvestre animal y vegetal calcinada a causa de este Ecocidio que degrada el sistema hídrico de la provincia —hoy privatizado— con el agravante de las pérdidas de vidas humanas, los daños materiales y la gran cantidad de vecinos evacuados.
Arde Córdoba y nuevamente las autoridades del gobierno, entre ellos Juan Schiaretti, gobernador de la provincia, hablan del “cambio climático”, de las condiciones meteorológicas, del viento, de los pastizales secos, de la naturalizada frase “época de incendios” del mes de agosto y septiembre, pero omiten hablar del presupuesto y el dinero invertido en el Plan Manejo del Fuego cuando no están siendo suficientes los insumos para poder combatir las llamas.
Arde Córdoba en plena pandemia y la ausencia del Estado frente a esta emergencia ambiental es tal que la desesperación de los habitantes es seguir pidiendo ayuda a quienes puedan colaborar para frenar el avance del fuego.
Arde Córdoba y el Gobierno ya anunció que continuará con la construcción de la Autovía de Montaña desde la Comuna San Roque hasta Cosquín, justo donde hubo y hay llamas todavía.
Arde Córdoba y desde la Asamblea San Roque Despierta le contestan al Gobierno que no se busca la participación ciudadana para aprobar la infraestructura de tamaña obra en un momento donde la prioridad es la emergencia ambiental. Arde Córdoba y la gestión de “Unión por Córdoba” lleva 20 años de gobierno de monocultivo sojero, negocios desarrollistas y mercado inmobiliario en crecimiento.
Arde Córdoba y la Agencia Córdoba Turismo sigue promocionando proyectos y construcciones de canchas de golf sobre áreas protegidas y conservadas como patrimonio natural. Arde y las autoridades de Ambiente brillan por su ausencia. Arde y no se sabe a dónde fue el dinero que los contribuyentes ciudadanos aportaron en sus boletas de EPEC si hoy no hay suficiente capacidad ni capital económico para apagar el fuego.
Arde y el capital privado sigue urbanizando el territorio para promover los proyectos turísticos, junto al proyecto de autovía de montaña que sigue en construcción y financiamiento. Arde y se hacen negocios sobre las tierras quemadas y el control desde la Secretaría de Ambiente de la provincia es escaso y nulo para evitar el avance del negocio inmobiliario.
Arde y no realizan estudio de impacto ambiental para seguir con las obras, salvo el que hicieron con una empresa contratada por el mismo gobierno que es Instituto de Investigación de Servicios Públicos e Infraestructura a través de la Secretaría de Ambiente.
Arde y las autoridades no dicen nada acerca de la utilización del suelo en el que rige la Ley Provincial 9814 de Bosques Nativos, sancionada el 5 de agosto de 2010, y que prohíbe la construcción inmobiliaria sobre territorios arrasados por el fuego. Arde y no hay agua que alcance ni discurso político —mucho menos acciones concretas de planificación y gestión— que sirva para frenar esta situación de degradación ambiental. Arde y sigue el desarrollo inmobiliario y las agroindustrias continúan quemando para obtener pasturas para la industria ganadera.
Arde y el fuego está descontrolado, pero las autoridades dicen lo contrario. Arde y continúan los desmontes y no hay financiamiento de la Provincia para parar con esto. Arde y muere Cristóbal Varela Salas para evitar que el fuego avance en medio del territorio donde brigadistas fueron al rescate mientras las autoridades del Estado no daban respuestas.
Arde y siguen las causas judiciales abiertas por los incendios intencionales pero los jueces y fiscales cordobeses deciden no avanzar con las investigaciones demostrando la inoperancia de quienes manejan el poder político y económico a su antojo y conveniencia.
Arde el Monte y se exige declarar el Alerta Roja para lograr la ayuda de otras provincias. Arde Córdoba y se pide la renuncia de Diego Concha, director de Defensa Civil de la Provincia. Arde y se exige transparencia en la administración de los Fondos del Plan Nacional del Manejo del Fuego.
Arde y llevan preso a un vecino de la localidad de Villa Los Aromos por combatir el fuego y evitar que llegue a su familia. Arde y Víctor Hugo Barría Zumulzu está en la Comisaría de Alta Gracia por enfrentarse a las llamas mientras una de las familias más ricas como la de los Becerra están en libertad por pagar fianza frente a las denuncias por quema de campos para comida de ganado. Arde hoy Córdoba, igual o más que ayer, y las especies únicas del mundo —el Territorio Cordobés tiene especies únicas en el planeta, sí— están siendo arrasadas por el fuego.