Desde su secuestro en 1999, el dirigente político kurdo Abdullah Öcalan ha permanecido recluido en una isla-prisión turca en un régimen de incomunicación, un estado de aislamiento total y absoluto, sin contacto con el mundo exterior durante años, en violación de las prohibiciones legales turcas e internacionales contra la reclusión en régimen de aislamiento, la incomunicación y la tortura.
Han pasado casi tres años desde el último contacto de Öcalan con el mundo exterior: una breve llamada telefónica con su hermano en marzo de 2021 y nada más. No ha podido reunirse con sus abogados desde agosto de 2019. La familia y los amigos de Öcalan, su equipo jurídico y millones de kurdos de todo el mundo temen por su seguridad.
Las ideas de Öcalan sobre la coexistencia, la libertad de las mujeres y la democracia pueden aportar una solución a la cuestión kurda de Turquía y poner fin a un conflicto que se ha cobrado decenas de miles de vidas, ha desplazado a millones de personas y ha desestabilizado todo Oriente Medio durante más de 40 años. Él ha trabajado por una solución política desde 1993, cuando declaró el primer alto el fuego unilateral del movimiento kurdo.
En este momento crítico, hacemos un llamado a la comunidad internacional para que se una a nosotros en la condena del aislamiento ilegal e inhumano de Abdullah Öcalan brindando su adhesión y en el llamado a la libertad de Öcalan y a una solución política para la cuestión kurda.