Como integrantes de la Asociación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos Judíos, manifestamos nuestro profundo repudio por la presencia de Victoria Villarruel como panelista invitada al evento organizado por DAIA, para este 8 de abril, en conmemoración del Día de la Mujer.
No sólo hemos padecido el dolor del secuestro, desaparición, tortura y muerte de nuestros seres queridos, sino que tampoco podemos siquiera todavía llorarlos y rendirles homenaje ante sus tumbas. Somos espectadores de cómo esta señora y su entorno pretenden imponer ante la sociedad y como política de Estado, el negacionismo respecto de estos crímenes, haciendo asimismo una apología inédita y mentirosa de aquellas fuerzas armadas y su accionar pleno de crueldad y cinismo, provisto de una fuerte carga de antisemitismo y reivindicación del Nazismo
Resulta una paradoja inadmisible y perversa, que la señora Villarruel sea invitada a formar parte de un evento que homenajea a la mujer, al integrar un gobierno cuyas políticas de Estado establecieron, entre otras medidas, el cierre del Ministerio de la Mujer, el desfinanciamiento, recorte y eliminación de políticas de género y protección social, la ofensiva sobre los derechos laborales y los ingresos de los trabajadores en su conjunto, y la supresión de organismos como el INADI. Al mismo tiempo, que esta mujer sea oradora en un evento en conmemoración del 8 de marzo, no es otra cosa que una provocación y una afrenta a la memoria de aquellas mujeres trabajadoras que perdieron su vida por luchar en pos de derechos e igualdad, siendo Villaruel una promotora de valores y principios ubicados en las antípodas de aquel ideario de lucha.
En los tiempos de la siniestra dictadura cívico militar muchos de nosotros padecimos la indiferencia de DAIA cuando golpeamos desesperados sus puertas esperando en vano que nos ayuden a salvar las vidas de nuestros seres queridos arrebatados de modo brutal y cobarde.
Por toda respuesta recibimos silencio, dilaciones y pretextos varios de la DAIA.
Hoy, les pedimos a las autoridades de la DAIA que reconsideren la participación de Villarruel y que tampoco hagan lugar en su espacio a ningún personero del negacionismo, reivindicando, por el contrario, una tradición de judaísmo humanista y comprometido con las causas más nobles y justas del pueblo judío y de la humanidad toda.
Todavía están a tiempo de demostrar respeto y amor por la memoria de nuestros desaparecidos, que lo son del pueblo judío y argentino en su conjunto. Nosotros, siendo y sintiéndonos parte de la comunidad judía argentina, al igual que nuestros familiares, víctimas del terror de una dictadura fascista, esperamos y merecemos que obren en tal sentido
Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos judíos