(Por Elena Cedrón/APL) Se nos fue el 2024. Un año lleno de partidas, encuentros, desencuentros y bombas. Voces en alto. Discursos, promesas y bombas. Marchas, carteles y la parafernalia electoral y bombas.
La reseca tierra, la contaminación la defensa del territorio y bombas.
El mundo nunca tan al borde del colapso y aún así resistimos.
El mundo nunca tan dolido. Sangrante que duele.
Los dioses únicos se agolpan en las sinagogas, iglesias y mesquitas y lloran sus lágrimas de hombres.
Las siglas que garantizaban el equilibrio se han quedado en eso. Un hueco que escupe bombas.
El capital regurgita feroz, eructa de panza llena y escupe bombas.
Todo vuela por los aires. Nadie está a salvó y aún así, resistimos.
Los traidores en últimas palabras nos empañan los ojos de rabia. Y aún así seguiremos sembrando margaritas.
Se secan ríos. Llueve veneno. Se proyectan puentes puertos y carreteras, plantas, dónde el agua se transforma en sangre y sale a chorros. Hay quienes la ven correr en nombre del progreso y el desarrollo hay quienes silenciosos de a montoncitos de a muchos se amuchan y sueñan .
Soñar en tiempos de muerte. Sembrar en tiempos inertes.
La valentía de la conciencia.
Nos podrán quitar el agua. La tierra. Pintar de fuego el cielo. Enfermarnos. Encerrarnos detrás de una pantallas. Intentarán evitar la mirada, el roce el grito entre pares o impares pero nunca nunca nos podrán robar la sonrisa , el abrazo la mirada cómplice del encuentro. La rabia del grito. La letra en el cartón y la plastiliera. El megáfono, el baile y el canto, porque soñar, bailar, decir encontrarse es nuestra forma más auténtica de resistir!
Les deseamos lo que deseen. Lo que se sueñe.
La rabia del profundo amor al prójimo que nos ensancha el alma.
Salud.
Rebeldía
Resistencia y sueños!!
Bienvenido 2025
Nos vemos en las calles!!