ENTREVISTA CON OSVALDO LÓPEZ: «SI NO NOS JUNTAMOS, NOS LLEVAN COMO CHANCHO AL MATADERO».

(Por Oscar Castelnovo/APL) Aquellxs que visitaban a los 14 presos políticos del PRT, en Devoto, lo recuerdan como alguien muy reflexivo, que analizaba procesos históricos mientras tomaba un gran mate en la sala grande. Luego de estar detenido-desaparecido una semana en el campo de concentración de Virrey Cevallos a cargo de la Fuera Aérea Argentina, aunque también operaban la Federal y el Ejército, Osvaldo López fue llevado de 1977 a 1981 a Magdalena; desde el 81 al 82 a Caseros nueva; desde 82 al 83 a Rawson y desde el 84 al 87 a Villa Devoto. Su hablar es pausado con algo de la tonada cordobesa que nunca lo dejó. En cambio, su cabeza marcha vertiginosa y resuelve por la acción urgente. Así fue que se escapó de Virrey Cevallos, aunque luego tuvo que entregarse a un juez ante la amenaza de asesinar a su familia con que lo emplazó la dictadura militar, a través de los suyos. Al salir de prisión construyó Memoria de modos diversos, hoy se encuentra organizado en el Frente de Liberación Agustín Tosco. Al tiempo que fue echado del Espacio de Memoria Virrey Cevallos, donde era coordinador, para odio de sus captores, junto a todxs sus compañerxs. En la siguiente conversación repasó su militancia desde los 18 hasta el presente, fustigó las ausencias de las luchas de las estructuras y llamó a construir una herramienta unitaria para evitar que nos lleven como chancho al matadero

-¿A qué edad y en qué circunstancias empezaste a militar en el Partido Revolucionario de los Trabajadores?

-A los 18 años y medio. Aquí en Buenos aires. Conocí compañeros del PRT que me ofrecieron esa opción. Ser un militante por una causa social, política,  era parte del marco de confrontación con la clase dominante que había. Lo raro para un joven era ser indiferente.

-¿Por qué ingresaste a la Fuerza Aérea?

-Fue el resultado del marco social y la presión de mi madre. Hice la primaria en una escuela pública que estaba en el centro de un barrio de suboficiales y trabajadores de la fábrica militar de aviones en Córdoba. Mi madre era portera en la escuela. Algo no recomendable para la crianza. Éramos cinco hijos de madre separada, es decir pasamos necesidades  económicas. Me gustaban los aviones y por ahí fue la entrada. Tenía 14 años, hice un primer año como aprendiz en la escuela de aviación y al siguiente entre a la escuela de suboficiales y salí en el 72 como cabo mecánico de avión.

-¿Cómo resolviste escaparte de Virrey Cevallos uno de los campos de concentración de la Fuerza Aérea en plena Capital Federal?

-Cuando me secuestraron, en julio del 77, ya llevaba meses de estar desconectado del Partido, mis compañeros habían caído. El tema era sobrevivir. Cuando me logro escapar de Cevallos, comienzo un proceso de fugitivo, tome contacto con mis hermanas para que supieran la situación. Los milicos que andaban detrás mío amenazan a mi familia con ponerles una bomba y volarlos a todos sino aparecía. Está situación y la sombría perspectiva, me inclinaron a ir a un juez y denunciar el secuestro. Por supuesto a las 24 horas era entregado a Fuerza Aérea.

-Y luego, ya en la etapa constitucional, volviste como coordinador del Espacio Memoria Virrey Cevallos…

-Bueno, yo militaba en una organización barrial en la Boca/San Telmo que decidió tomar el tema Memoria territorialmente, nos nombramos como «Encuentro por la Memoria» y empezamos a visibilizar los Centro De Detención Clandestinos de estos barrios. Apareció en ese camino , «El Atlético», que visibilizamos, las marchas de antorchas, el escrache a los represores que trabajamos con Hijos y varias organizaciones. Después vino el 2001 y las asambleas . Eso nos vínculo con muchas organizaciones barriales. Y promovimos las Baldosas por la Memoria. Así cuando los vecinos de San Cristóbal contra la impunidad empiezan  a denunciar el sitio, me convocan y me sumo a la lucha por convertirlo en Espacio de Memoria.

-En una de las charlas de Villa Devoto, explicaste que apropiarse del hijo de un revolucionario, para los dictadores era tener una trofeo viviente, una mensaje del terror a futuras generaciones: «mirá como te derroté, subversivo, tengo a tu hijo con mi nombre y mi ideología».

Sí, había cierto goce en sacarle el hijo a una guerrillera, sentían placer en eso y era una forma de decir a los luchadores: «mirá  que ponés en juego todo». Fijate como está el mundo. Mirá lo que ha pasado en Palestina, es víctima de un genocidio étnico y fascista.  Israel fue víctima del nazismo genocida y ahora es un estado genocida contra el pueblo palestino, el fascismo avanza en el mundo, el capitalismo está en crisis y necesita de estos avances brutales y creo que vamos a hacía una tercera guerra mundial.

-¿Ustedes se veían venir el cierre y los despidos de Virrey Cevallos?

En el Espacio de Memoria había algunos compañeros que teníamos una lectura más política y otros no. Recordemos que la Memoria surge como lucha de la sociedad, ante la negativa de justicia, por canales institucionales, aparecieron las marchas por los desaparecidos, los escraches, las baldosas y otras iniciativas absolutamente populares. Los trabajadores del Espacio de Memoria vislumbramos lo que se venía con Milei y Villaruel. Hubo un reflejo en el Estado de la lucha social, que se expresó en leyes anuladas, medidas, instituciones, que habían surgido de la lucha social. Por eso avanzan contra la memoria, porque la lucha social siempre estuvo ante los intentos de impunidad, desde la época de Alfonsín, el punto final, las obediencia debida, y tantas otras. Quiero dejar algo en claro: desde la dictadura para acá todos los gobiernos, absolutamente todos, se adecuaron al modelo económico y aceptaron imposiciones de Estados Unidos, una de ellas fue la impunidad, es cierto que algunos más y otros menos, pero todos -incluido el kirchnerismo- se alinearon. Porque juzgaron a menos de mil genocidas, que se hallan en su casas, a punto de ir, o se mueren de viejos y, por caso, Videla, recibía pleitesía del Servicio Penitenciario Federal, él dirigía los actos patrios. Y se le cuadraban todos. Él era visitado por la vicepresidenta Victoria Villaruel.

-¿Considerás que hubo una derrota axiológica que son las que cierran ciclos y se tarda en recomenzar la posibilidad de una ofensiva?

Hubo una derrota popular ideológica muy grave, porque de todos partidos que administraron el capitalismo, ninguno planteó otro paradigma. Y tampoco nosotros fuimos capaces de articular una política que nos una a todos tras otro modelo, de ese ,modo estamos viviendo la parte más despiadada del capitalismo. Los gobiernos «progresistas», no son progresistas, se alinearon como todos al imperio, pero algunos tuvieron mejores condiciones económicas para políticas sociales, como el precio de los comodoties que les fue favorable, en América Latina, sucedió en todos los lugares. Y así se fue construyendo esta mentira que dice «vamos por la casta», pero son casta que beneficia a la casta. A los monopolios internacionales y su servidores argentinos. Me cuesta entender cómo a un año del este gobierno hay quienes los sigue bancando, en esa fragmentación perdemos todos los oprimidos. Cuando yo tenía 18 años el mundo se dividía en países capitalistas y países socialistas, cuando cae el socialismo existente se pierde la referencia. Cuando nosotros encaramos la lucha en los 70, las condiciones de vida eran muy superiores a los de hoy, un obrero de fábrica podía enviar a su hijo a la universidad, por ejemplo. Y hoy en América Latina no hay una fuerza que confronte con otro paradigma. Y nosotros no logramos plasmar procesos de unidad y eso es lo que estamos sufriendo. Porque establecieron que ya no se puede pensar más por fuera del capitalismo. Podemos ver la derrota, por caso cuando naturalizamos que cada vez haya más gente durmiendo en la calle. Pero también, para muchos queda más claro la razón que tenía la generación del 70, que por lado del capitalismo no tenemos solución, que este modelo no va más, que estamos obligados a buscar otra alternativa.  A nosotros nos echaron por esos contratos basura que surgieron con el peronismo, en los 90, y todos los gobiernos le dieron continuidad. Tenemos que reaccionar porque se nos están muriendo chicos de hambre en un país con capacidad para producir a alimentos para 400 millones de personas, sucede que no hay oposición, hay una podredumbre casi total, ¿dónde está la burocracia sindical?, ¿dónde está el peronismo? A la ESMA, recientemente, la llenó la gente por fuera de las estructuras. Para ser justos, hay que decir que existen diputados de izquierda, referentes de izquierda que se muestran de modo distinto, hay trabajadores de los espacios de Memoria que salieron a la lucha, frente a ellos me sacó el sombrero. Hay que construir algo nuevo, algo nuevo que no sea esta derecha fascista, porque si no nos juntamos, nos llevan como chancho al matadero.

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