En una entrevista a Ivonne kukoc, madre de Pablo, realizada por Ernesto Tenembaum en Radio Con Vos, se echa claridad sobre lo ocurrido.
“Voy a salir a decir la realidad, lo que muchos no saben, porque se hablaron muchísimas cosas que no eran”, empieza Ivonne en la entrevista.
Luego prosigue: “Mi hijo no tuvo nada que ver con las apuñaladas, él estuvo en el hecho. Él sí le sacó la cámara al señor, pero no lo apuñaló como todos están diciendo. Tengo todos los papeles que me dieron los abogados y no dicen eso”.
Después de estas primeras declaraciones, Ivonne empieza a detallar lo ocurrido con Pablo: “Lo que se vio en las cámaras que tenemos es que mi hijo lo acompaña al otro chico. El otro chico le saca la cámara al turista, se la da a Pablo y él sale corriendo”.
Tenembaum- ¿Y qué pasa después?
Ivonne – “Pablo viene caminando por Olavarría, salen los dos caminando rápido, y en Irala y Olavarría los alcanza Ángel – que es un amigo de Pablo- con otro muchacho en moto. Le dice ‘Pablo, dame la cámara que se la voy a devolver al turista’. Entonces Pablo le entrega la cámara y cuando se la está entregando siente disparos. Ahí empezó a correr. Cuando Ángel lo ve a Pablo, recupera la cámara y a Pablo lo ve asustado porque no sabía para dónde correr. Entonces él corre por Irala y dobla para volver a casa, que es en Suárez. Ahí Ángel ve a esta persona, que hasta el momento no se sabía que era policía porque en ningún momento se identificó como él dice que lo hizo. Los testigos en ningún momento supieron que era un policía. Pensaron que era algún arreglo de cuentas o una cosa así. Esta persona lo seguía a Pablo corriendo y disparando a la vez”.
“El policía tira como ocho balazos, y de esos ocho, dos le dan en el cuerpo, uno en la pierna, que le rompió el fémur cuando ahí Pablo cae. No sé por qué siguió disparando si ya había caído. El otro tiro fue muy de cerca, en el hospital calculan que estuvo a menos de siete metros. Ese disparo le dio en la parte cerca de la vértebra, en la espalda, mucho más arriba de la cintura de lo que se habla. Esa fue la mortal. Ese tiro le afectó todo lo que es el riñón, el hígado, el colon, el estómago. Estuvo internado cuatro días y falleció”, prosigue Ivonne.
“Yo supongo que los tiros venían del policía Chocobar, él es una persona gordita, pesada, y mi hijo era una liebre, flaco, rapidísimo, 18 años. Si lo venía corriendo del lugar del hecho, no lo hubiera alcanzado. Si ponemos a correr a dos personas juntas de diferentes edades, una con un peso bastante excesivo en comparación con mi hijo, lo deja atrás hace rato. La gente dice que lo viene corriendo desde el lugar del hecho, eso es mentira. Pablo venía, sí, caminado rápido hasta que lo interceptan con la moto”, clarifica Ivonne.
Luego viene una ida y vueltas de preguntas:
Tenembaum – Ivonne, ¿los que lo interceptan con la moto son amigos de Pablo?
Ivonne – Uno sí.
Tenembaum – ¿Y por qué lo interceptan para sacarle la cámara?
Ivonne – Porque el señor se levanta y empieza a gritar “me robaron la cámara”, lo vieron y salieron a buscar la cámara. Eso dicen ellos como testigos.
Tras seguir relatando los hechos que constan en fojas judiciales, Ivonne cuenta la realidad que le tocó vivir con Pablo: “A Pablo lo interné en un instituto por los problemas que tenía con las drogas y el alcohol, porque yo necesitaba que él se rehabilite y piense las cosas. A principios del 2017 se tiró más para el lado de la calle y me costó muchísimo internarlo. Me decían que tenía que tener plata, que Pablo tenía que ser más adicto para que tenga el grado de ser internado. Por la causa que tenía les dije ‘¿qué más quieren?’. Le pedí ayuda al juez para que pueda ser internado y tener un tratamiento psicológico”.
Ivonne finaliza: “Nunca quise salir a decir nada, pero ya me cansé de escuchar muchas mentiras. El policía es el asesino de mi hijo, no es héroe de nada, si hubiese sido héroe al turista no lo hubieran apuñalado. Él apareció después de que había pasado todo, en un hecho que había pasado en Garibaldi y mi hijo cae casi llegando a su casa en Suárez. Yo no veo que sea una legítima defensa, él no estuvo defendiendo a nadie ni defendiéndose a sí mismo”.
El apoyo de Mauricio Macri, como ya sostuvimos en La Izquierda Diario, es una muestra de que por parte del Gobierno nacional se apoya solapadamente la pena de muerte.
Por parte de los estamentos judiciales esta presión será recibida con beneplácito, ya que la “Justicia” actúa encubriendo el accionar policial que aplica la pena de muerte y la ejecución sumaria cotidianamente.
Las ejecuciones sumarias y los casos de gatillo fácil son moneda corriente: en los barrios, cada 23 horas muere un pibe en manos de alguna fuerza represiva. Este apoyo por parte de los Gobiernos nacional y provincial no es en contra de la “inseguridad”: es una forma de ejercer un control social para los tiempos que corren, cuando el Gobierno tiene como meta aplicar ajustes. Es necesario para ellos, más allá de las banderas políticas, cerrar las filas y brindar todo su apoyo para que la fuerzas represivas del Estado puedan actuar con toda la violencia (eso incluye el asesinato) e impunidad.
Luis Oscar Chocobar no es un héroe, y a Pablo lo mató la Policía.