(Por Gremial de Abogados y Abogadas) Hace un año se detuvo a Anahí Salcedo y a Hugo Rodríguez en las proximidades de la tumba de uno de los tantos Jefes de la Policía Federal ejecutados por ser torturadores y asesinos. En este caso el tristemente célebre coronel Ramón Falcón. Anahí muy mal herida con varios dedos de su mano perdidos, y serias heridas en su cuerpo. Hugo Rodríguez nunca la dejó sola. Ambos fueron detenidos y acusados de tenencia de explosivos, intimidación pública, Asociación Ilícita y montón de delitos más. Ese mismo día se detuvo a Marco Viola en las cercanía de la vivienda de uno de los más nefastos jueces federales (todos lo son), el doctor Claudio Bonadío. Se lo acusó de poseer explosivos, tentativa de Homicidio, Intimidación Pública y varios otros delitos. El Gobierno y el Juez Federal Ercolini pintaron la imputación como si hubieran encontrado una célula de casi veinte personas con estructuras, grados, etc. Las farsas a las que nos tienen acostumbrados.
Los fiscales federales (Justicia Legítima) nos hicieron los versos de progres y la jugaron de «compañeros» de la Gremial. Uno hasta insinuó que él mismo metió caños en su juventud. Pero nos negaron absolutamente todo. Lo peor fue siempre Anahí.
La sometieron entre el Juez Ercolini y el Servicio Penitenciario a la peor de las torturas. Tirada, aislada en un calabozo. Sin atención médica sin los beneficios de cualquier otro preso. «Para vos no, porque sos terrorista» escuchó decenas de veces Anahí. No le ahorraron sufrimiento físico.
Los jueces federales de Lomas de Zamora donde se interpusieron Habeas no fueron menos crueles. Pero Anahí resistió, y resistió. Acompañada por una familia maravillosa en generosidad y solidaridad. Y sobre todo una familia que resistió innumerables embates del Presidente del Tribunal Oral Federal 1, el Dr. Grumber para que saque a la Gremial de la causa.
La Gremial dijo desde el primer día que si los jueces y fiscales se animaban a ir a un juicio les íbamos a propinar una tremenda paliza. Porque ni siquiera estaban seguros de que delitos tenían que acusar, ni con qué pruebas contaban.
No se animaron y debieron llamarnos a negociar.
Y hoy Anahí está en su casa con sus hijas.
Marco y Hugo a la espera de su libertad.
Estamos contentos.
Pero también sentimos algo como de sensación de que las cosas podrían haber salido mejor.
El Tribunal, y sobre todo el Dr Grumber la castigó a Anahí y también a Marco y Hugo.
Los tres debieron estar en sus casas hace 3 meses.
Pero también sabemos las consecuencias que trae para los y las militantes quedar a merced del sistema para resolver su situación haciéndolos mandar en cana entre sí entre otras cosas que hemos visto en otras causas.
El grado de miserabilidad de este Tribunal Federal 1 fue espantoso.
Mintiéndoles a los imputados y a sus familias y presionando mucho para que nos saquen de la causa.
El Fiscal del Tribunal se opuso a la Salida de Anahí y debimos contestar esa oposición con dureza.
Hoy Anahí está en su casa.
Y esperamos que próximamente estén afuera Marco y Hugo, a pesar de que sabemos que el Servicio Penitenciario no se las hace fácil con malos informes para complicarlos.
No hay Justicia progre o Legítima, ni hay «compañeros», entre jueces y fiscales.
Al menos nunca serán «compañeros» nuestros.
Puede que lo sean de otros colectivos de juristas o de muchos organismos de DDHH.
Pero no nuestros.
Y allá los que creen en estos jueces.
Bien entonces por Anahí y su maravillosa familia.
Y la Gremial no olvidará las afrentas que sufrimos con esos jueces
Asociación Gremial de Abogados y Abogadas de la República Argentina.