El oficial del Servicio Penitenciario Federal había sido absuelto por el Tribunal Oral actuante y confirmado por la Cámara de Casación Federal en una intervención anterior con distinta integración.
La Corte Suprema anuló esas sentencias por considerarlas arbitrarias y ordenó dictar un nuevo fallo.
Ahora la Cámara consideró acreditado que al menos tres internos en circunstancias en que se procedía a su identificación y selección para su posterior derivación a los pabellones, fueron sometidos a una serie de golpes de puño, patadas e insultos por parte del personal del servicio penitenciario –práctica que en la jerga carcelaria se conoce con el nombre de “bienvenida”–, a raíz de los cuales resultaron lesiones físicas de carácter leve.
Asimismo, en la resolución –dictada por unanimidad– se hizo hincapié en la trascendencia internacional del delito investigado en el que las violaciones a los derechos humanos reconocidos en diversos pactos internacionales son cometidas desde el Estado a través de sus funcionarios, así, La Convención Americana de Derechos Humanos y la doctrina consecuente de la Corte Interamericana y la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.