Aníbal Ibarra, el mayor responsable de la masacre de Cromañón
(APL) En un mes se cumplirá un nuevo aniversario de la masacre donde murieron envenenados 194 chicxs en el boliche Cromañón y, luego, aproximadamente, 30 familiares y amigos sucumbieron de tristeza, cáncer y suicidios. En 2004, el entonces jefe de Gobierno, había recibido 36 alertas por escrito. 36 ALERTAS POR ESCRITO. Cuatro de ellas fueron de su propio defensor del pueblo. CUATRO DE ELLAS FUERON DE SU PROPIO DEFENSOR DEL PUEBLO. Pero Ibarra solo atinó a desarmar una estructura corrupta de 300 inspectores y armó otra, más corrupta todavía, con tan solo 40 íntimos, familiares, amigos que recaudaban para la corona sobre la sangre de lxs pibxs caídos. A pesar de haber sido el mayor hacedor de la asociación ilícita entre funcionarios, policías y empresarios, la sacó bastante barata porque pertenece a la casta privilegiada y solo fue destituido del Gobierno, aunque rápidamente se puso carrera y regresó a la actividad política. Nunca estuvo imputado ni fue llamado a declarar. Meses atrás, Ibarra fue nombrado asesor de la consejera Vanesa Ferrazzuolo, representante del bloque del Frente para la Victoria en el Consejo de la Magistratura para lo cual contó con el apoyo del PRO. Como puede apreciarse, sin esfuerzos, la Argentina es campeón mundial de los crímenes estatales post-tiranía que permanecen impunes. Los que cometieron sus llamadas fuerzas de seguridad, sus grises penitenciarios y los políticos que se reciclan para mantener un capitalismo inficionado de corruptela y dolor para los pobres.