Ruptura y continuidad
En parte de sus discurso, Alfredo sostuvo que: “Los treinta y un años de Ático tienen una importancia muy especial. Hoy No está Susana Gerszenzon, (quien se hallaba de viaje) pero recuerdo que en una reunión le dije que cuando Ático cumpliera treinta años, Ático cerraba. Mi margen de error es cero. Creo que la celebración del treinta aniversario fue el cierre de Ático y que, de alguna manera, en esa misma situación se abrió Ático. Es decir, que la posibilidad de que Ático continúe no tiene que ver con los treinta años que transcurrimos sino con los que vamos a transcurrir. Muchos de nosotros podremos verlo y otros seguramente no. Y tiene que ver con que es importante para nosotros que gente más joven en edad y esperemos que en ideas, continúe en Ático”.
Más adelante, el titular de la Cooperativa aludió a la repercusión de Ático en diversos lugrares: “Yo recibo permanentemente devoluciones y sorpresa de que algo como Ático exista, y creo que ese el trabajo de todos. En instituciones se habla del efecto Weber, que es que un sujeto no tiene conciencia de la complejidad que habita, sobre todo en las sociedades post industriales. Ático es pre industrial, casi artesanal, pero a pesar de ello creo que ninguno de nosotros tenemos conciencia de la complejidad en la que habitamos. Creo que Ático tiene, gracias al trabajo nuestro, muchísima presencia en lo profesional, en lo asistencial y en lo institucional. Ahora, si el proyecto tiene continuidad después de los primeros treinta años, no lo voy a decidir yo, lo van a decidir ustedes. Yo tengo la absoluta convicción y el más profundo deseo de no seguir siendo consejero de Ático y continuar en todo caso como director, como supervisor, pero creo que realmente el trasvasamiento generacional es importante. Porque sino el modelo se burocratiza e inevitablemente se repite”.
Coherencia y proyectos
Luego, Alfredo Grande subrayó: “Ático coherentiza mi ideología, mi praxis, mi militancia y mi profesión. No es poco, diría que es demasiado. Fuera de Ático me hubiera sido mucho más difícil hacer las cosas que hago. El 24 de junio los que tengan ganas me irán a ver en una obra de teatro que se llama Hilda y Freud. No me pregunten qué papel hago porque el chiste ya lo hicieron. Hago de Freud junto con la actriz y psicóloga Florencia Farías. Es una obra de un autor brasilero, psicoanalista, que ya se hizo en el Ricardo Rojas. Le pongo muchas fichas a eso”.
Refiriéndose a las próximas actividades, Alfredo Anunció: “Vamos a inaugurar el espacio Trinchera Cultural junto con Oscar Ciancio y estamos preparando el segundo tomo de “Cultura represora y el análisis del superyo”, también el segundo tomo de “De la queja al combate” y un libro de aforismos implicados. O sea que ganas no me faltan”.
Con relación a las otras entidades del área Grande subrayó la singularidad de autogestión de Ático: “Creo que nosotros tenemos esa diferencia con todas las demás organizaciones. El foro de salud mental y las instituciones psicoanalíticas, en cuyas séptimas jornadas estuvimos con Gaby (Gabriela Gamboa) es una marca que quizás no se repita nunca más. Algunos hablan de estos fenómenos como singularidades, lo que no se repite. No sé si va a haber otros Áticos, me da la impresión que no, pero sí creo que tres personas que yo extraño cada vez más, fallecidas muy recientemente, le daban a Ático una marca que es irremplazable. Eso es bueno saberlo: hay gente irremplazable y Leila Sarmiento era una de ellas. A este salón lo llamamos con su nombre. Es bueno mantener esos recuerdos, el recuerdo es el primer estadio para la memoria histórica. No pretendo ninguna memoria heroica, no soy un héroe. Somos un colectivo de héroes porque enfrentamos con métodos muy primarios y muy pequeños, toda una mega burocracia mafiosa médica, psicoanalítica, psiquiátrica, de médicos, funcionarios y demás. Estamos en el Parque Jurásico y algunos lo saben y otros no. es bueno que lo sepamos. La correlación de fuerzas es totalmente desfavorable, el fascismo ya está instalado y los que facilitaron al fascismo se harán cargo de eso”.
Después, Grande subrayó que “alegría es un bien a cuidar demasiado y a veces transmitir la alegría no es fácil. Tengo además muchísima gratitud porque muchos socios han trabajado absolutamente. Con este Consejo actual: Gaby, María Angélica (Iglesias) , Susana (Gerszenzon), Alejandro (Marmoni), la cooperativa está muy bien administrada y es probable que gracias al trabajo de algunos, pero especialmente al de Gaby, finalmente el convenio con Pelota de Trapo funcione”.
“Tenemos mucha gente que nos quiere y nos respeta mucho y muy poca que nos tiene bronca, lo cual es también importante porque si nadie nos tuviera bronca significaría que no estamos haciendo nada importante, prosiguió Alfredo. Me emociona mucho recibir saludos de cumpleaños de Ático de gente que ni siquiera sé quién es, y eso tiene que ver con la página de facebook, con la actividad de los treinta años que hicimos en el Bauen”.
Los tiempos por venir
“Así que sabemos que los tiempos que van a venir son de extrema complejidad y es bueno que una organización como Ático se juegue en lo político, en lo institucional, en los científico y entre nosotros -como diría Alberto Morlachetti – (fundador de Pelota de Trapo), con ternura. Habría que escribir la psicoterapia de la ternura. Entonces, lo que quería destacar, lo que quería decirles es que me siento muy contento, muy alegre de que compartamos esta mesa. Muchas Gracias”, enfatizó Alfredo Grande, antes de alzar su copa.
Carta del pueblo a Ático
Luego, se desarrolló una intervención artística a cargo de Susana Galarza, Diana Broggi y Oscar Ciancio: Éste fue el cartero – un tanto parecido a Papá Noel- quien trajo a Susana y Diana, dueñas de casa, una carta enviada por el pueblo, cuyo texto dice:
Querido Ático: Hace treinta y un años que sos parte de un nosotros y nosotras pueblo desde un emblemático 1° de mayo. Ya desde tu nacimiento simbolizaste una forma de reivindicar el trabajo como valor y práctica humana, pero demás en el camino de la cooperación.
Vos ya sabés de tus potencialidades y de cosas que te hacen especial y única, como ser una cooperativa de salud mental, la primera en Argentina que luego se dio el lujo de andar dando a luz a otras hijas que hoy son jóvenes cooperativas en crecimiento.
Cada vez más con el tiempo veo que tu rol de abrir y ser un lugar alto y soleado continúa en ese camino de la hermosa batalla cultural, como dice Alfredo, en múltiples dimensiones. Recuerdo tu lema fundador, ese que decía que “No nos falta valor para emprender ciertas cosas que son difíciles. Son difíciles porque nos falta valor para emprenderlas”.
Vos y los aforismos del doctor Grande …Vos has demostrado en estos años que el valor de la construcción permanente mediante la autogestión es como dice María Angélica, un proceso creativo, coherente y ético. Nos reúne la convicción de que la autogestión es salud mental. Es lindo ver cómo llegan cada uno y una de ustedes a la casa de Ático, cómo hacen eso que Gabriela llama la implicación nuestra de cada día, llevando adelante no sólo la práctica psi, la clínica, sino también otras formas de psicoanálisis: los ciclos de cine, las charlas, las reuniones de los viernes, el Ático implicarte, el Freud de León entre muchos movimientos que definen una forma política de habitarnos como pueblo.
Y justamente como pueblo queremos seguir viendo crecer a Ático, queremos saludar y festejar este aniversario y además proponerles una más implicada: cantar su propio feliz cumpleaños de una forma diferente. Cantarlo en movimiento y con los sonidos que cada una y cada uno pueda aportar. Este pueblo está y estará presente de todas esas formas y en las marcas que dejan y nos dejan hacer. Abrazo implicado y cooperativo.
p>. El Pueblo