Debido a su permanente acompañamiento a las víctimas de abuso policial, se ha montado contra el compañero Pablo Pimentel y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de la Matanza una campaña de estigmatización por parte de los medios de comunicación adictos al Poder y se ha llegado al armado de una causa judicial por el supuesto delito de haber instigado falsas denuncias de un grupo de jóvenes contra la Policía, a raíz del asesinato del joven Gabriel Blanco en marzo de 2007, investigación fortalecida por la denuncia de quienes compartieron con Blanco la detención.
Por el crimen fueron indagados, imputados y detenidos por el juez Raúl Alí los policías Rubén Darío Suárez, Ariel Emiliano Gómez y Pablo Balbuena pero pasado el tiempo un abogado de apellido Fernández denuncia ante la Fiscalía General la presunta incitación a falso testimonio de aquellos jóvenes, la cual, contra la opinión de la Fiscalía Descentralizada a la cual la deriva, se niega a desestimarla, dejando abierta la investigación, que no es otra cosa que una forma de amenaza judicial contra los que luchan por la verdad y la justicia.