¿Cuando se corona una derrota popular ?
(Por Oscar Castelnovo/APL)Una derrota popular se corona cuando las clases y sectores dominados aplauden y asumen como propios los valores de la clase hegemónica. Es decir, hay una sustitución de valores en la catástrofe axiológica, cultural. Por caso, hoy vale más la cartera de la dama, el bolsillo del caballero o el celular de ambos, que la vida humana. Sobran los ejemplos, pero no puedo quitarme del alma el rostro desgarrado de Lorena Torres, mamá de David Moreira (18).
Según afirmaron, en marzo de 2015, David robó una cartera. Iba con otro pibe en una moto. Entonces, unos 50 «buenos vecinos» del barrio Azcuénaga, Rosario, lo lincharon y a patadas esparcieron su masa encefálica por el asfalto (literalmente). El pibe que iba en la moto con David se entregó a la policía y fue condenado. Sin embargo, ni uno solo de los vecinos del barrio Azcuénaga asumió su responsabilidad en el crimen. De acuerdo al Código Penal Para Pobres, robar una cartera comporta una pena de uno a seis años. Matar con alevosía es castigado con prision perpetua.
Me quedé con inmensas ganas de estrujar en un abrazo a Lorena Torres, pero lo intentaré cuando vaya a Rosario. Quiero tomar mate con ella, extensamente. Es una de mis deudas pendientes.
La derrota axiológica es tan grande que, recientemente, un carnicero que persiguió y asesinó a un joven que le había robado, cuando ya no representaba ningún peligro para nadie, fue declarado inocente por un juzgado popular. Se trata de Oyarzún, quien ya cerró el negocio pero será carnicero por siempre.
Esa es la derrota que estamos viviendo. No se trata sólo del Gobierno y las fuerzas de Seguridad. Una buena parte del pueblo presta, entusiasta, su consenso al genocidio encubierto. Y es ahí, en el plano cultural, axiológico, donde debemos dar la batalla especialmente contra el «sentido común» con que los medios formatean el modo de ver y filosofar.
Por suerte, algunxs resistimos contra viento y marea. La derrotas no tienen por qué ser definitivas. Y aún hechos mierda, no hay que desanimarse. Pensemos que fueron cuantiosas las derrotas que sufrieron las rebeliones de esclavos, antes de que Espartaco doblegara al Imperio Romano y se convirtiera en un símbolo en la lucha por la libertad humana.