¿Cuántos pobres tienen que morir?
(APL) Cuando desde la Agencia Para la Libertad publicamos una nota como la de hoy, sobre los 12 años de cárcel de los seis dirigentes campesinos paraguayos tras una maniobra artera del kirchnerismo, rápidamente nos llegan críticas desde este sector diciendo que le hacemos el juego a la derecha.
Lo mismo nos decían cuando denunciábamos la desaparición y el asesinato de Luciano y de miles, miles y miles de Lucianos a lo largo de las gestiones “K”. También cuando exhibimos nuestro dolor ante la matanza sistemática de presxs durante la etapa “K”: uno cada 37 horas. O el crecimiento exponencial de pobres en el encierro: Néstor asumió con 46. 600, Cristina lo hizo con 52 mil y llegó a superar los 70 mil. (9 chicas fueron asesinadas en la cárcel de Ezeiza, entre 2009 y 2012 y no hubo ni esclarecimiento ni justicia, sino ascensos y condecoraciones).
A la vez, según datos de la ONU, en 2015 –antes de que asuma la plutocracia -, la Argentina ya era campeón del mundo en cantidad de policías por habitantes. Solo la superaba El Vaticano, donde viven menos de mil personas y la Guardia Suiza cuida a la jerarquía Católica, Apostólica, Pedofílica y Romana. Claro que en esa medición no contaron a la Gendarmería y la Prefectura puestas al control del territorio. O sea, cumpliendo funciones policiales. O sea, la Argentina ya era campeón del mundo de policías por habitantes sin discusión, en todo el planeta. Recuérdese que Scioli pasó de tener 50 mil efectivos bonaerenses a 100 mil.
Me alertan que el gobierno de Macri superará toda esta barbarie. Y yo también lo creo así, por caso ya estamos en 84 mil presxs y nos acercamos a 800 casos de gatillo fácil o muertes antecedidas por torturas durante la gestión de Cambiemos. De estar 12 años en el gobierno, el macrismo superará al kirchnerismo amplia y lamentablemente.
Pero ocurre que no vine a este mundo a decir cuántos pobres tienen que morir asesinados por el Estado. Nadie tiene que morir de esa forma.
“Ni olvido ni perdón”, no son conceptos aplicables solo al genocidio de la dictadura cívico-militar o a esta maldita plutocracia de Macri y Bullrich Pueyrredón. Ningún crimen de nuestrxs pibxs merece olvido o perdón. En ningún tiempo y lugar.
Nosotros no le hacemos el juego a la derecha. Matar a “cabecitas negras” es de derecha. Torturarlos y ejecutarlos por negarse a robar para las fuerzas de Seguridad también lo es.
No existe el periodismo paraestatal, cada vida vale por sí misma ahora y siempre, y el periodismo del pueblo las debe defender. Por lo tanto, quienes pudiendo denunciar callan los crímenes no son periodistas, no del pueblo. Son propagandistas de tal o cual organización e hicieron de su vida un vergonzoso oportunismo.
No es nuestro caso. ¡Libertad a los campesinos paraguayos!