Lescano arrastra muchos problemas de salud, que fueron sistemáticamente desoídos por el tribunal que lleva la ejecución de su condena, el TOF 3, el mismo que dictó la condena, con los jueces Gordo, Pons y Larrambebere. Precisamente, un médico de la Corte había dictaminado que Lescano debía tener atención médica permanente. Algo que sólo era posible si cumplía condena en su domicilio. Al momento de su detención, el 3 de diciembre de 2013, estaba siendo operado de próstata. Luego sufrió complicaciones renales, y recientemente, había estado internado por una bacteria sanguínea. Aún con todos estos elementos, con sus abogados solicitando la prisión domiciliaria, el Tribunal evidentemente buscaba que se profundice su estado de salud. El “Boli” se preguntaba en una carta difundida recientemente “¿Apuntan a mi muerte? Algo posible por las secuelas de la operación”.
Hoy Lescano está en prisión, luego de pasar por las cárceles de la Dictadura de Lanusse, de López Rega e Isabel y sus “3 A”, de Videla, Massera, Agosti y Martínez de Hoz, donde luchaba por su vida junto al resto de los presos políticos. Luego, pasó por las cárceles del “demócrata” Alfonsín, y ahora con este gobierno y un poder judicial corrupto y clasista, donde lucha y sigue luchando por su libertad.
A todos los sobrevivió. Pero hoy, además de luchar por su libertad, nuevamente debe luchar por su vida.
Los que lo llevaron y retuvieron en la cárcel, los que lo sometieron a estas condiciones a pesar de tantos pedidos, son los responsables de la situación por la que hoy está pasando el compañero. Y tendrán que responder por lo que hicieron, sea cual sea el desenlace. La justicia hará lo que deba hacer, o lo hará el pueblo.
¿Quién es Lescano?
Lescano es ex integrante del ERP, y testificó en el juicio de lesa humanidad que se está llevando adelante en Catamarca, por el asesinato de 16 integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en lo que se denomina “Masacre de Capilla del Rosario”, luego del intento de copamiento del Regimiento 17 de Infantería Aerotransportada en Catamarca el 10 de agosto de 1974, donde junto a otros compañeros fue capturado por el gobierno policial (y parapolicial) de Isabel Martínez de Perón, López Rega y su Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). El “Boli” Lescano sobrevivió. Luego, permanecerá detenido por la dictadura genocida y estará preso hasta 1983. Fue detenido el 17 de abril de 2007 por participar de un escrache al asesino Sobisch, fusilador del maestro Fuentealba. Con sus 64 años de edad, en total diez años de preso político, 13 navidades en prisión y varias décadas de incansable militancia revolucionaria Lescano enfrenta casi 4 años de prisión por escrachar a un asesino.
Carta de Raúl Lescano a sus hermanos, compañeros, camaradas:
Penal de Ezeiza, abril de 2014
Nuevamente en prisión, como en la Dictadura de Lanusse, de López Rega e Isabel y sus “3 A”, de Videla, Massera, Agosti y Martínez de Hoz, del “demócrata” Alfonsín, y ahora con este gobierno y un poder judicial corrupto y clasista.
Son trece las Navidades y Año Nuevo que todos ellos me impidieron estar con mis seres queridos. ¿Pensarán que me doblegarán?
¿Y porque estoy nuevamente en prisión?
Por haber participado de un “escrache” a la madriguera del asesino Sobisch, ex gobernador de Neuquén, quien mandó su policía brava a matar al trabajador, docente y compañero Fuentealba.
Fue un 4 de abril del 2007. Si viuda e hijos siempre lo recordarán y claman por justicia.
Ya no soy el de antaño. Tengo mis 64 años y por el cuero van rodando torturas, huelgas de hambre y ahora una operación de próstata con secuelas. Pero soy el de siempre, con los sueños, luchas y proyectos que me conocen.
Espero, junto a mi compañero Fernando, que nuestra prisión no resulte cómoda para la militancia popular.
La tomamos como es: una revancha de los sectores neoliberales derrotados en el 2001. Hoy se corporiza en nosotros, pero vienen por todos. Frenarlos dará pie al pueblo para resistir y defender los derechos adquiridos y conquistados durante estos 13 años.
Estamos en manos de una “Justicia” Federal (Tribunal Oral Federal n°3) que absuelve a De la Rúa y otros criminales pero condena a militantes populares. Su revancha la prolongan agravando la condena (3 años y 6 meses para mi caso, 3 años y 8 meses para el caso de Fernando) y en agravar las condiciones carcelarias.
Derechos a los que pueden acceder todos los presos nos son negados. Fui revisado por un médico de la Corte que dictaminó que debo tener atención médica permanente. Solo posible cumpliendo la condena en mí domicilio (con la restricción correspondiente).
Pero el Tribunal prefiere que se profundice mi estado de salud (recientemente, en marzo, fui internado en un hospital de Ezeiza) ¿Apuntan a mi muerte? Algo posible por las secuelas de la operación.
Mientras tanto, la “justicia” sigue concediendo prisión domiciliaria a los genocidas.
Como siempre, estoy en manos del pueblo y la militancia popular que siempre me acompaño hasta lograr la libertad.
*Boli
Abril de 2014
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