En este pabellón de máxima seguridad el mobiliario, como cama, mesa, son de cemento, el inodoro y la bacha para lavar, de acero inoxidable. La distancia desde el inodoro a la pileta y a la mesa, es demasiado cercana como para contaminar lo que comen.
Salen de la celda de veinte a treinta minutos por día, para hablar por teléfono, bañarse o a un minúsculo patio (aprovechan a caminar un poco para que no se les atrofien los músculos del todo). Tienen que elegir que hacer, administrar muy bien esos segundos.
Los sacan guardiacárceles especiales, los mismos que estaban en el pabellón de máxima seguridad de Bouwer. Cuando trasladan este pabellón a Cruz del Eje, también va este personal “preparado”.
En ese espacio no se les permite tener ni un encendedor, lo que los obliga a tener prendido permanentemente un mechero que hacen con papel higiénico. Allí como en muchos pabellones les dan solo un rollo de papel por mes, y muy escasos elementos de limpieza. Por lo general, la mayoría de estos elementos de higiene los abastece la familia.
La visita la reciben en un locutorio, vidrio de por medio, solo una o dos horas. No se contempla el sacrificio que hace la familia para llegar a una cárcel tan lejana. La alimentación es deficiente, pero igualmente no les permiten tener todos los alimentos que sus seres queridos les acercan.
Si alguno de queja por el maltrato, los vejámenes todavía pueden ser peores. Les aplican “correctivos” físicos y psicológicos. O peor aún, lo pueden atar en las llamadas camas de sujeción (estaquear), varias horas o días. Suelen atarlas boca abajo, o muy estirados. Claro que para hacerlas más “legales”, ahora comenzaron a utilizar esposas en lugar de cadenas (desde hace muy poco).
Quienes permanecen aquí pierden todos sus derechos, no pueden estudiar, o trabajar, porque el encierro es total. La asistencia médica es deficiente o mejor dicho inexistente. Es el encierro dentro del encierro. El abandono dentro del abandono.
Este tipo de encierro no solo afecta su salud, el derecho a estudiar, a trabajar, sino que viola completamente cartas y documentos internacionales de derechos humanos. De acuerdo a jurisprudencia internacional, el aislamiento prolongado puede configurar tortura, trato cruel inhumano o degradante.
Aunque la ley de ejecución de la penal permite que esto se aplique como sanción ante graves infracciones disciplinarias, siempre y cuando el encierro dentro del encierro, no torne a la privación de la libertad en ilegítima, vulnerando la dignidad humana.
Hay personas que hace varios años que están en estas condiciones. Para socializarlos? Insertarlos? Adaptarlos? No lo creo, más bien parece que se busca todo lo contrario, se busca crear personas cada vez más violentas. Da la impresión que el servicio penitenciario no quiere perder clientes. Que hace todo lo posible por mantener el negocio, y el poder judicial habilita.