Macri llega al poder gracias a la estructura de la UCR en el país. El PRO tiene solo dos senadores, la UCR 8 y el FPV 40. Claramente, antes que nada necesita tener poder propio y revertir esta situación en el senado. Si abocarse a resolver estos problemas en el norte, donde el dinero invertido por votante rinde más por senador elegido, dada la cantidad de habitantes, y eso le garantizaría – quizá en algún futuro- volcar la Cámara, va a hacer lo imposible por lograrlo.
He aquí porqué, rápido de reflejos, finalmente el candidato a presidente fue al Acampe Qopiwini, quienes permanecían esperando un gesto, desde hacía casi nueve meses, a la vista de toda la ciudad de Buenos Aires. No fue Cristina, no fue Scioli, sino Macri. Otra torpeza del kirchnerismo aprovechada por el dirigente de Cambiemos.
La historia de los acampes
En varias oportunidades comunidades indígenas habían enviado documentos cuidadosa y trabajosamente redactados presentados ante las autoridades nacionales que nadie leía. Hubo un acampe tras la feroz represión del 2010 en Formosa hacia la comunidad Qom, un 23 de noviembre en la que muere alcanzado por una bala policial Roberto López sobre la ruta 86 por defender sus territorios, que terminó siendo desalojado violentamente por los mismos muchachos de La Cámpora, en mayo de 2011.
Hubo otro acampe para entregar otro documento, hubo un acampe de los wichís por falta de agua, el gobierno de Gildo Insfrán usa la distribución del agua como elemento de sometimiento, hubo un acampe por lograr mejor educación… El acampe se convirtió en una herramienta desesperada ante la falta de diálogo. Y el 14 de febrero de este año, solito, se instala Félix Díaz y anuncia que comienza otro acampe en la misma plaza del de 2011, junto a la escultura que representa al Quijote de Cervantes, emblema de esta lucha. Se fueron acercando los otros hermanos, otros pueblos, organismos de Derechos Humanos, se creó el Qopiwini, ya que allí estaban representados los pueblos Qom,Pilaga, Wichi y Nivaclé de Formosa.
El lema de la lucha era “Que nos reciba la presidenta” parecía un objetivo humilde…pero ni siquiera de eso era capaz el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. Se acercaba el invierno, el desgaste era importante, frío, el agua de la lluvia que pese a los esfuerzos les mojaba todo, varios ancianos y bebés con neumonía. Pero decidieron permanecer todo el invierno, resistir, se iban turnando, llegaban y partían contingentes, muchas organizaciones apoyando, diputados de la oposición poniendo pasajes a disposición. Así llegaron hasta las elecciones, se acercaron varios candidatos de izquierda, radicales, progresistas, pero faltaban los principales, Sciolli y Macri.
Finalmente Macri vino, firmó un compromiso de atenderlos y escucharlos. Scioli nunca apareció.
Lamentablemente, varios organismos y personalidades que acompañaron la lucha a partir de ese momento se alejaron, como si fuera responsabilidad de los hermanos que se haya acercado tal persona y no tal otra. Desde el momento en que fue finalmente elegido Macri presidente de los argentinos comenzó el diálogo.
“No negociamos nada, exigimos”
Por su parte, Félix Díaz hizo lo que debe hacer un líder: reclamar ante las autoridades por su gente. Y estas fueron sus palabras camino hacia el salón del Bicentenario donde lo recibiría Macri ya ungido: “La verdad es que para nosotros en este momento, un día nublado, lluvioso, va a ser hermoso para los pueblos indígenas, sin intermediarios, hemos logrado esto gracias a la resistencia, a la lucha de un grupo de líderes y lideresas indígenas y entre eso queremos reconocer el valor que han dado estas mujeres por traer sus hijos, compartir con nosotros. Muchas de esas hermanas han sido como violados sus derechos a no poder asistir a un médico y que tuvieron que acampar en la plaza, Av. 9 de Julio y Av. de Mayo, arriesgando su salud. Por eso quiero agradecer a todos los hermanos que hoy nos acompañan porque se merecen este diálogo que tiene que tener el Estado que es la responsabilidad y obligación del presidente, resolver los problemas de los pueblos originarios. Muchas gracias por esta filmación y que llegue a todas las personas que están diciendo que es un negocio. Acá no se negocia nada, solamente se exige que se cumpla, es la obligación del Estado que tienen que hacer este cambio que nosotros deseamos”. Link video: https://www.youtube.com/watch?v=lhE5ag6TxkA
Ya en la reunión con el presidente, Félix entre muchas cosas dijo claramente: “… también queremos que los territorios de todos los pueblos indígenas estén jurídicamente garantizados, que es fundamental la participación de los líderes territoriales para que sean los actores directos de esta relación con el Estado nacional y los estados provinciales. (…)que no sea un diálogo con condiciones….nuestros cazadores que no pueden desarrollar su actividad por los territorios privados que están en manos de pocas personas. Todas estas cuestiones que necesitamos destrabar para tener esa libertad que todos anhelamos”
Por su parte, Relmu, líder mapuche aprovechó para decir entre otras cosas ante Macri: “Muchas de las personas que están aquí sentadas están atravesando causas judiciales muy duras, justamente porque nuestros derechos que están escritos han sido violentados, han sido violados”.
Elia Espén, única Madre de Plaza de Mayo que acompañó esta jornada, publicó luego: “Hoy estuve en la reunión que Félix Díaz tuvo con Macri, fueron representantes de varias provincias, habló Félix, con palabras sabias, y con la humildad que lo caracteriza, y luego tuvo la palabra una hermana, Arco Iris (Relmu). Macri dirigió la palabra y prometió ayuda y respeto, espero se cumpla, pues ya han sufrido demasiado nuestros hermanos aborígenes y nunca en todos estos años fueron recibidos ni respetados, estaremos siempre al lado de ellos”.
La reunión entre Macri y los líderes originarios es el exacto punto de encuentro entre la ambición y las penurias centenarias. Entre el poder marketinero y la verdad histórica que reclama derechos. De nuestra alerta movilizada depende que los deseos de los pueblos esta vez se cumplan.