Esta persecución forma parte de una política de Estado para la cultura que tiene como ejes por un lado ampliar las ganancias de las industrias culturales y por el otro desarticular la organización popular, sobre la base de la destrucción de las escuelas artísticas, la privatización de las grandes salas públicas (Teatro Colon, Centro Cultural San Martín), el cierre de teatros (IFT) y el vaciamiento de museos y centros culturales estatales (CC del Sur).
Los espacios culturales nacen de la necesidad del pueblo de hacerse del arte y la cultura.
Nos vemos obligados a sostenernos económicamente incluido sacando de nuestros propios bolsillos para mantener los lugares. Esta deformación nace de la misma idea de que los artistas no son trabajadores. No solo el Estado debe garantizar las condiciones para la habilitación si no que también debe garantizar el pago a quienes sostienen estos lugares ya que el arte y la cultura son un derecho.
Este sostenimiento económico por parte del Estado no debe en ningún momento y de ninguna manera amenazar o condicionar la autodeterminación y la independencia de los espacios.
Exigimos el inmediato levantamiento de las clausuras de los espacios culturales; que el Estado otorgue partidas presupuestarias para la realización de las refacciones necesarias en nuestros espacios; el reconocimiento de los trabajadores de la cultura por parte del Estado que debe hacerse cargo de sus sueldos y aportes.
– Apertura inmediata de los centros culturales clausurados
– Presupuesto inmediato para la refacción de los espacios.
– Suspensión de las clausuras de los centros culturales
– Mesa permanente de los centros y el gobierno hasta la resolución del conflicto.
ASAMBLEA DE ESPACIOS CULTURALES EN LUCHA