A las dos de la tarde, los presos que estaban siendo trasladados, ya habían pasado varias horas enclaustrados en ese camión blindado con pocos orificios como respiradero. Viajan esposados de pies y manos, encadenados al piso del camión. Sin tomar agua por más que lo imploren.
La temperatura dentro del vehículo superó sobradamente los cuarenta grados. Los engrillados comenzaron a pedir que los sacaran de ese horno, sobre todo pedían por Jonathan que se había descompuesto completamente. Como siempre, el servicio penitenciario hizo caso omiso a los pedidos a todos los reclamos.
Cuando los empleados del SPC decidieron parar, ya poco podían hacer. Al hospital llegó muerto dicen los médicos. Esta es una metodología que utilizan seguido, una vez muerto el preso, lo derivan al hospital para ampararse diciendo que no le faltó atención médica, y que no murió en la prisión sino en el hospital. Los médicos se negaron a encubrir, y también hablaron de los hematomas que tenía en manos y piernas debido al encadenamiento.
Este pibe fue ejecutado por el estado. No utilizaron silla eléctrica, usaron una herramienta de tortura que explotan a diario, el camión de traslados. Los presos con causa federal viajan en mejores condiciones, pero el resto no tienen quien los escuche dentro del poder judicial, hay complicidad de la provincia con estos crímenes.
Muchas personas privadas de su libertad se niegan a los traslados, ya sea para ir al médico, de visita a la familia, para estudiar, etc. Plantean que son muchas horas de tortura. Muchas veces salen a las seis y de la mañana y vuelven de noche.
En diciembre, junto con mujeres de un pabellón de la cárcel de Bouwer, presentamos un Habeas Corpus, el juez de control todavía no aceptó el habeas. Uno de los punto es que se revea el método de traslados. El poder judicial es ciego, sordo, y mudo.
Centeno hacía tres días que estaba detenido por resistencia a la autoridad y violación de domicilio. Lo llevaban para realizarle una pericia psiquiátrica, creo que deberíamos ver bien a quién le hace falta la pericia.
Luis Angulo, ministro de justicia y derechos humanos, dice que “sin respeto a los límites, vuelven épocas nefastas”, refiriéndose al caso Chocobar. Él lleva varios años en ese ministerio, es uno de los responsables de la gravísima situación en las cárceles, de donde las épocas nefastas jamás se fueron.