Juicio a grises torturadores

Rosario Rodríguez

En la primer audiencia la victima MLM narro que fue trasladado desde la cárcel de Marcos Paz; y una vez en la Alcaidía, se cruzó con policías uniformados que lo identificaron con otra causa y lo acusaron de “mandar en cana”, a un colega suyo. En castigo fue alojado sólo en un pabellón destinado a los detenidos provenientes de la cárcel de Ezeiza. Contó también que al reclamar a gritos su reintegro al lugar que le correspondía “se re cebaron”, y que allí ingresó una requisa protagonizada por siete agentes que le “pegaron por pegar”.
Los penitenciarios lo obligaron a desnudarse y lo esposaron contra el piso. Lo golpearon y Aguilar le dio una la violenta patada que le provocó una lesión en el malar, mientras le gritaban: “¿Vos te creés más poronga que nosotros?”.
“No grito más, ya fue”, dijo que repetía a sus victimarios. Luego sintió un líquido y el dolor provocado por el abuso. El joven relató que lo increpaban y cuando levantó la cabeza vio cómo se reían, al tiempo que le pisaban la espalda. “No pensé que iban a llegar eso”, indicó entre lágrimas. Después de esa situación, lo dejaron en la celda, todavía esposado y desnudo. Más tarde le introdujeron un palo en el ano.
Como se sabe, en la segunda audiencia diversos peritos procedieron a dar explicaciones sobre los informes confeccionados. A saber, el perito médico forense y la perito psicóloga, quienes a pesar del tiempo transcurrido, más de una año, pudieron dar credibilidad a la denuncia de M.L.M. El perito médico doctor Marinconelli señaló que revisó a la víctima, después de transcurrido un año de los hechos pero que de todas maneras pudo constatar que tenía heridas compatibles con las agresiones y que con el momento en que ocurrieron.
Por su parte la perito psicóloga Lic. Causse detalló las diferentes técnicas que utilizó para realizar un pisco-diagnóstico en el que concluyó que “el denunciante no da indicios de fabulación ni de psicosis”; y que “su relato tiene verosimilitud, es coherente y sin contradicciones”.
Por último, el Tribunal le preguntó si durante la entrevista estaban presentes en la sala agentes penitenciarios pero la psicóloga dijo que en este caso concreto no lo recordaba, que a veces están y a veces no.
Al finalizar la audiencia, un clima de nerviosismo e incertidumbre impregnó los rostros.