El escenario ya estaba planteado. Se probó que Veysandaz mató a Javier y a David e hirió a Marcelo Luque. Restaba escuchar los pedidos de quienes acusan y el argumento exculpatorio del imputado.
La fiscalía alegó en primer lugar. Hizo un detallado análisis de las pruebas obrantes y los testimonios oídos en las audiencias de juicio, marcando las contradicciones y resaltando las coincidencias indubitables. Concluyó que no existieron elementos que justificaran el accionar de Veysandaz y pidió la pena de 23 años de prisión por doble homicidio agravado por el uso de arma de fuego y por el delito de lesiones leves (sí el lesionado, por más que haya recibido un balazo, se recupera en menos de un mes) sufrido por Marcelo Luque.
Luego fue el turno de la abogada María del Carmen Verdú, abogada de Correpi, que representa a las familias de las víctimas y al propio Luque como particulares damnificados. En su contundente exposición resaltó que el policía sentado en el banquillo de los acusados está en representación de la fuerza represiva estatal que ya se cobró la vida de más de 4600 niñxs desde 1983 a la fecha. Si bien compartió gran parte de los argumentos expuestos por el fiscal para solicitar al tribunal una sentencia condenatoria, Correpi pidió que el acusado sea juzgado por triple homicidio, dos de ellos consumados y uno de ellos en tentativa (básicamente porque si el balazo que recibió Luque pegaba a 20 cm de donde pegó, estaría muerto), todos ellos agravados por la figura del art. 80 inciso 9 del código penal que prevé la pena de prisión perpetua para “el que matare abusando de su función o cargo, cuando fuere miembro integrante de las fuerzas de seguridad, policiales o del servicio penitenciario.”
Por último, el esfuerzo del abogado defensor de Veysandaz por presentar el hecho como legítima defensa. Basándose en las declaraciones tomadas a menores de 16 años en la comisaría a pocos días del hecho – en las que “voluntariamente manifestaron” que las jóvenes víctimas estaban armadas– insistió en que se trató de un intento de robo, que era la vida de ellos o la de su cliente y pidió su absolución.
Antes de dar por concluida la audiencia, el Tribunal Criminal n° 1 de Quilmes, compuesto por las juezas Silvia Etchemendi, Marcela Viccio y Florencia Butierrez, otorgó la palabra al acusado Veysandaz. Lo que pasó es difícil de describir con letras. Culpó, mirando friamente a las madres de Javier y David, a las víctimas por su propia muerte.
La audiencia explotó. Semejante acto de crueldad, supongo, solo obedece a la desesperación de quién sabe que lo que viene no va a ser nada bueno.
El próximo lunes 29, a puertas cerradas por disposición del Tribunal Criminal N° 1, se dará a conocer el veredicto.
Convocamos a todos a acompañar y apoyar la lucha organizada contra la represión y el gatillo fácil.Convocamos a todos a apoyar la lucha organizada contra la represión y el gatillo fácil. Nos encontramos en la puerta de los tribunales, ¡Venite!