La APDH La Matanza presentó un habeas corpus colectivo preventivo

(Cecilia Litvin – Red Eco) Buenos Aires – Primero fueron escraches, pintadas, pasacalles. Luego, el inicio de una causa contra el referente Pablo Pimentel acusándolo de extorsión. Ahora las agresiones fueron aún más directas para con los integrantes de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza.
Uno de los abogados del organismo fue sorprendido cuando intentaba ingresar a su casa por dos personas que iban en moto. Una de ellas sacó un revólver, le apuntó sin decir nada, tras unos minutos se fueron.
A un matrimonio de la Asamblea lo siguieron en su auto. Al darse cuenta, la pareja comenzó a dar vueltas hasta perder a sus perseguidores. Pocos días después, cuatro jóvenes que se encontraban en la huerta que comparte el terreno con la APDH fueron golpeados por varios hombres que se bajaron de un auto con armas en las manos. Solo les robaron un celular.
Poco después el mismo abogado del primer episodio fue interceptado en la entrada de su casa, esta vez por personas que se movilizaban en un auto. El mismo accionar: apuntar con el arma, no decir nada, y retirarse.
Un trabajador social que participa de la Asamblea salió un martes a la noche a acompañar a su suegra a la parada del colectivo. Cuando volvía se le acercó un hombre, lo único que llegó a hacer el integrante de la APDH fue tirar las llaves de su casa al jardín de una vivienda cercana. Ante esto el agresor lo agarró de los pelos y le gritó “Ah, sos vivo vos”. Según explicó Pablo Pimentel a Red Eco, un ladrón nunca va a gritar esta frase, sino que se trata de un claro modo de actuar de la policía. Luego el hombre lo golpeó con un borcego o elemento similar dejándolo desmayado en la calle. El trabajador social debió ser hospitalizado y permanecer internado durante tres días.
El último viernes de abril, una de las hijas de Pimentel volvía a su casa en moto con su novio, cuando se les cruzó por delante una camioneta, que había doblado a gran velocidad, impidiéndoles el paso. Se abrió una de las puertas de la camioneta, golpeando en la pierna a la joven, y una de las personas que se encontraba dentro sacó un arma y le apuntó, una vez más sin decir nada. Asustada, la joven gritó. Su pareja vio entonces la posibilidad de salir del lugar por un costado y así lo hizo. La camioneta, sin embargo, no los persiguió, sino que se quedó en el lugar.
Al otro día, Pablo Pimentel salió con su mujer, pero cuando volvió los vecinos le contaron que en su ausencia el teléfono sonó durante una hora. Es decir, hacía dos llamadas y cortaban, así por una hora.
Pimentel explicó que, según las distintas descripciones, todos los agresores tenían características similares, hombres de aproximadamente 30 años y pelo corto, siempre con la cara descubierta.
Según aseguró a Red Eco, el referente de la APDH La Matanza no tiene duda de que estas amenazas y agresiones son una consecuencia directa del accionar del organismo en el caso Gabriel Blanco.
Cabe recordar que Blanco fue detenido en el Barrio “La Borward” de Isidro Casanova el 1ero de marzo de 2007, acusado de haber robado. Pocas horas más tarde desde la comisaría de San Carlos le informaron a su familia que se había suicidado. Sin embargo, cuando la familia Blanco recibió el cuerpo de Gabriel tenía la mortaja pegada, en un intento por disimular la salvaje golpiza que había recibido. Pericias posteriores determinaron que el joven no pudo haberse ahorcado en su celda de la comisaría. Además, varias personas que estaban detenidas la misma noche declararon haber escuchado gritar a un hombre que pedía desesperadamente que dejaran de golpearlo porque iban a matarlo.
Por este caso están detenidos hace dos años y medio el subcomisario Rubén Darío Suárez, el suboficial Ariel Emiliano Gómez y el oficial Pablo Balbuena. Se espera que el juicio pueda llevarse adelante en el transcurso de este año.
Desde un primer momento, la APDH Matanza estuvo junto a la familia Blanco. Incluso Gabriel participaba de las actividades del organismo en el barrio.
Los defensores de los policías acusaron a Pimentel de extorsión, acusándolo de haber hablado con los detenidos en la comisaría el día que murió Blanco para que señalaran a los policías como culpables de la muerte del joven; a cambio el organismo les habría prometido alivianar sus causas y/o mejorar las condiciones de encierro. Algo que desde la APDH desmintieron claramente.
Ante la serie de agresiones y amenazas recibidas, la Asamblea resolvió presentar hace pocos días un habeas corpus colectivo preventivo. Sin embargo, ya se produjo un nuevo hecho, que no llegó a ser incluido en el habeas. Ayer, miércoles, el organismo se presentó en la Comisión de Derechos Humanos del Senado Bonaerense, que actuó con celeridad según destacó el propio Pimentel. Entre ellos, estaba Teófilo Blanco, papá de Gabriel. Pero en el mismo momento en que se encontraban denunciando lo sucedido ante los legisladores provinciales, un auto nuevo de color rojo se estacionó frente a la casa de la familia Blanco, ubicada en el humilde barrio de “La Borward”. Así se los relató posteriormente la nuera de Blanco, que estaba dentro de la vivienda.
Además de la presentación del habeas, la APDH está organizando la realización de una conferencia de prensa para denunciar todos estos hechos y dar cuenta de las responsabilidades políticas que hay detrás. También enviaron escritos con pedidos de reuniones al gobernador bonaerense Daniel Scioli; al ministro de Transporte e Interior de la Nación, Florencio Randazzo, y al intendente de La Matanza, Fernando Espinosa. Hasta el momento, ninguno respondió.