La esclavitud impera en las cárceles del país

Adriana Revol – Anticarcelaria

La ley 24660, en el artículo 120, dice que si los bienes o servicios producidos por lxs presxs se destinaren al estado o a entidades de bien público, el salario de lxs presxs, no será inferior a las tres cuartas partes del salario mínimo vital y móvil.
En los demás caso, o cuando la organización del trabajo esté a cargo de una empresa mixta o privada, la remuneración será igual al salario mínimo vital y móvil (4400 pesos). Los salarios serán abonados en los términos establecidos en la legislación vigente.
Eso es lo que dice la ley, pero lo que en realidad sucede es que no se cumple nada de eso.
Pero a las pocas personas que trabajan en blanco, les descuentan el 35 por ciento para la prestación de alimentos de sus hijos, dinero que jamás a recibido ninguna familia.
El 10 por ciento para indemnizar los daños y perjuicios causados por el delito, conforme lo disponga la sentencia, pero las víctimas jamás recibieron una moneda.
Otro 25 por ciento para los gastos que causare en el establecimiento, costo que cubre el estado totalmente.
Y un 30 por ciento para formar un fondo propio, que se tendría que entregar cuando la persona quede en libertad.

Todos estos descuentos del salario mínimo vital y móvil no se sabe adónde van a parar.

“Entre de 90 y 350”
Por otra parte, si a esto lo sumamos por las miles de personas que están privadas de la libertad trabajando en las cárceles, se forma una cuantiosa suma.
El salario de la gran mayoría de las personas en cautiverio del país, oscila entre 90 y 350, el que más gana (que son muy pocos).
La excepción de son muy pocas personas que cobran $700, que por ejemplo de una prisión como la de Cruz del Eje, de mil doscientos presos, solo catorce, perciben ese salario.
Las personas que reciben lo que les corresponde, son solo algunas que están en cárceles federales, a las cuales se les respetan sus derechos laborales un poco más que al resto.
Dentro de las cárceles hay varios tipos de industrias, como fábrica de escobas, mimbrería, herrería, panadería, vivero, carpintería, imprentas, sastrería, costuras, etc. Y también se trabaja para varias empresas privadas o mixtas.
Por ejemplo en Villa María, se cosen pelotas de fútbol, les pagan por pelota entre 7 y 8 pesos, y se pueden coser un par por día, para lo cual no reciben ni guantes, lo que hace que terminen con las manos lastimadas.
En San Francisco se realizan artículos en cuero, como cintos, para la firma “Cardón “, el cinto más económico que tiene esta empresa es de 250 pesos, al preso le pagan 90 pesos por mes.
Las empresas que fabrican sus productos en los centro de detención, usufructúan las instalaciones de las cárceles, no pagan alquiler, ni luz, ni impuestos, etc. y también hacen uso de la mano de obra esclavizada, de la mano de obra cautiva.

El estado violador
El estado también viola la ley de derechos laborales. Es más, les está robando, no sólo a estos trabajadores, sino también a sus hijos, al quedarse con su salario familiar. Hay personas con varios hijxs que no pueden cobrar la asignación universal, porque sus compañeros figuran en el ANSES, como con trabajo en blanco. Algunos figuran como si estuvieran cobrando cuatro mil cuatrocientos pesos, son los que reciben de bolsillo trescientos cincuenta pesos, la categoría más alta.
La mayoría de ellos está allí por no haber respetado la ley, por no haber respetado la propiedad privada, por no haberse resignado a ser pobre, y a morirse de hambre.
Pero, ¿qué pasa con el estado que viola y roba todos los días, un estado que es reincidente por omisión?
Para que les quede más claro, hay albañiles que ganan dos pesos por una jornada de ocho horas. La inmensa mayoría recibe tres pesos por día de trabajo,
Lo que sacan en la quincena no alcanza para comprar un paquete de yerba.
Cuando tienen un accidente laboral nadie se hace cargo.
¿Qué si tienen derecho a vacaciones y aguinaldo? Por supuesto que lo tienen! Como cualquier trabajador, pero primero les gustaría tener una moneda en el bolsillo, que comprar lo necesario para tomar unos mates no se lleve todo el sueldo.
De poder darles unas monedas a sus hijxs… esa sí que es una utopía !!!
Basta de hipocresías, ¿por qué burlarse de los más débiles, de los más vulnerables, de los más humillados?