En la puerta del Tribunal Oral Criminal 2 de San Isidro una multitud acompañó a Yanina para pedir Justicia para ella y su hija que murió a los dos años y medio como consecuencia de la paliza que presuntamente le habría dado quien era en aquel momento su pareja, Alejandro Fernández.
Según Yanina, el 16 de agosto de 2013 Fernández la obligó a tener relaciones sexuales. A la mañana siguiente, mientras ella preparaba la mamadera de Lulú, el hombre golpeó hasta la muerte a la beba porque no paraba de llorar. En vez de investigar un femicidio vinculado, la fiscal del caso Carolina Carballido Calatayud, de la UFI especializada en violencia de género de Pilar decidió imputar a la joven por abandono de persona, seguida de muerte y agravada por el vínculo. Yanina fue detenida de inmediato y llegó al debate con prisión domiciliaria. Estuvo detenida más de un año en el penal de Los Hornos.
Hoy, la funcionaria judicial sostuvo la acusación. “Carolina Carballido Calatayud ampara al femicida”, decían algunos de los carteles que levantaban las mujeres que fueron hasta el lugar. Algunas militantes sostenían la foto de la pequeña Lulú. “Libertad para Yanina y Tiziana”, exigían otros. Cuando la beba murió, Yanina estaba embarazada de 6 meses producto de la relación con Fernández, y parió a su otra beba, Tiziana, mientras estaba presa.
“La fiscal se supone que está especializada en visión de género pero está ciega de género. No hizo una pregunta vinculada a esta perspectiva. Todas apuntaban a responsabilizar a Yani y a señalar que no la cuidó bien”, dijo a Infojus Noticias la abogada defensora Gabriela Conder. Al inicio del debate, pidió la nulidad de todo lo actuado. Su argumento es que desde junio del año pasado existe un expediente paralelo en el que se investiga la muerte de Lulú como “homicidio”. Esa causa tiene como principal sospechoso a Fernández. “Se trata de causas conexas porque tienen que ver con el mismo hecho, y por lo tanto deben investigarse juntas”, explicó Conder.
Los magistrados no hicieron lugar al pedido. Entendieron que esos argumentos deberán ser demostrados durante el desarrollo del juicio. En la audiencia de hoy declararon distintos testigos: el padre de Yanina, un policía que actuó ese día, una vecina que la conocía y otro que fue quien la llevó hasta el centro de salud. Uno de los testimonios más importantes fue el de Natalia, quien fue pareja de Alejandro Fernández y su testimonio apuntó a evidenciar los antecedentes de maltrato que tiene él. Cuando estaban juntos, golpeó a su hijo. Ella está segura que Fernández fue quien mató a Lulú.
Natalia pidió protección porque teme represalias por parte de su ex pareja. Sin embargo, la fiscal le dijo que hiciera la denuncia correspondiente y, luego, se evaluaría su protección.
Fernández estaba en la sala donde se hizo la audiencia porque había sido convocado por la fiscal. Paradójicamente, su testimonio es el pilar de la acusación, aunque en otra causa es el principal sospechoso de la muerte de Lulú.
El lugar que se eligió para las audiencias es muy chica. Las militantes y quienes se acercaron hasta los Tribunales de San Isidro para solidarizarse con Yanina protestaron porque no pudieron entrar. En el recinto solo entrab seis personas que se iban rotando. Además, la abogada de Yanina cuestionó la presencia de policías varones, encargados de la custodia del lugar. “Éramos todas mujeres, por eso yo pedí que sean agentes mujeres, pero no accedieron”, dijo.
Mañana a las 10 continuará el juicio. La fiscal Carballido Calatayud llamó a declarar a integrantes del Gallo Rojo, una agrupación que acompañó a Yanina cuando vivía en Derqui. También convocó a los médicos que atendieron a la beba y a los peritos que intervinieron en la autopsia.
La sombra de un femicidio vinculado
Según el relato de Yanina, después de la paliza pudo llevar a su hija a un centro de salud recién al día siguiente porque su pareja la había encerrado en una habitación bajo amenazas. Además no tenía plata ni carga en la SUBE para tomar un transporte. Con la ayuda de un vecino, llegó al hospital. Ahí le dijeron que su beba tenía un “hematoma subdural” y había muerto por fractura de cráneo.
“Lulú no murió por abandono de persona sino por el golpe que tenía la cabeza. Y eso lo señala la autopsia”, contó Conder. La versión de Fernández es que Yanina no se ocupaba de su hija. Que era él quien cuidaba y alimentaba a la beba. Sin embargo, la nena no tenía problemas de salud hasta la golpiza mortal.
El caso de Yanina presenta todas las características de un “femicidio vinculado”, aquellos asesinatos en los que el femicida mata para castigar o destruir psíquicamente a la mujer sobre la cual ejerce la dominación. Según las últimas estadísticas difundidas por el Observatorio de Femicidios en Argentina “Adriana Marisel Zambarno”, desde 2008 a 2013 contabilizaron 69 femicidios vinculados que tuvieron como víctimas a menores de hasta 12 años: 37 fueron niñas y 32 varones.