-¿Qué recuerdos tenés de la infancia con tu hermano?
-Tuve tres hermanos hombres en hilera y después veníamos nosotras, dos chicas. Tengo recuerdos de juego de interacción con mis hermanos mayores, ellos eran todos futboleros, así que nosotras jugábamos al arco en juegos de dos contra dos. Era más probable que jugáramos nosotras a juegos masculinos, que ellos a las muñecas. Hacíamos campeonatos deportivos en la casa, actividad física, jugábamos a las bolitas…ya de más grandes hacíamos festivales culturales con los amigos, hacíamos canto y cosas así. Todo esto entremezclado con una actividad política bastante activa. Todos militábamos en distintas células de más crecidos, a eso de los doce o trece años… los amigos de nuestros hermanos eran parte de nuestro entorno, entonces fui creciendo en un ambiente politizado donde la actividad era por ejemplo las peñas, la denuncia, organizarse para ir a hacer un rayado, que es una pintada, organizarse para un mitin.
-¿Cómo te llevabas con Mauricio?
-Bien, con las diferencias propias de la edad. Mauri era adolescente y yo un poco más chica. Diría que él era el más cercano a mí por ser el más chico de los varones. Estaba siempre junto a mí por esas cosas de que cuando una es chica para las salidas de paseos o para ir a bailar se requiere que un hermano la acompañe, entonces él nos apañaba en eso de los permisos maternos. A él le gustaba mucho el tema deportivo y era muy activo en eso, así que le gustaba salir con nosotras de excursión, por ejemplo. Yo diría que los cinco éramos cercanos, estábamos muy juntos.
-¿Podés describir sus condiciones de detención en estos 14 años?
– El está detenido desde 2002. Desde aquél momento es colocado en un régimen disciplinario con diferencias muy severas, con un sistema de aislamiento en un penal cercano a San Pablo. Después progresivamente es cambiado a otros penales que también tienen esta misma condición de aislamiento y es separado del resto del grupo – está detenido con cinco más-. Mientras el resto es distribuido en otros penales más “normales”, con menor aislamiento, a él se le mantiene siempre esa condición de aislamiento dándosele la connotación de jefe del grupo. Además, nuestro país en ese momento interviene para que sea mantenido en esas condiciones de mayor seguridad dada su historia pasada y sus antecedentes que tenían que ver con una fuga que él hizo en el año 97. Allí se fuga de un penal de máxima seguridad en Chile, una fuga cinematográfica, con un helicóptero, donde se fueron cuatro hombres del Frente Patriótico Manuel Rodríguez. Desde el primer momento, entonces, él estaba en un régimen de castigo, aislado, sin contacto con otros presos salvo una hora por día en la que interactuaba con dos o tres presos más. Un permanente encierro sin acceso a información salvo las que le llevamos las visitas que vamos de Chile. Hubo momentos en que logramos una continuidad de poder entrar a verlo cada dos meses, por ejemplo, pero de repente hay situaciones de índole de trabajo y económico que complican viajar a Brasil más seguido de lo que quisiéramos. Él ya ha pasado por seis o siete penales federales, que tiene una rigurosidad permanente de aislamiento.
-Los estados llaman “máxima seguridad” al máximo ensañamiento…
-Sí, existe un máximo ensañamiento con mi hermano, nosotros lo sentimos así porque es el único preso en Brasil que por catorce años es mantenido en estas condiciones de aislamiento que son condiciones de castigo para presos indisciplinados de otros penales a los que se les impone esto por un año, por ejemplo, y al cabo de ese tiempo y luego de un informe se les devuelve a sus penales de origen. Todos los años nuestro abogado en Brasil presenta la solicitud de que sea transferido a un penal estadual, no federal, y sin embargo la junta que lo examina trae siempre a colación que fue el Estado Chileno quien desde el comienzo solicitó que se le mantuviera en la condición de aislamiento por sus antecedentes de fuga y porque en Chile está condenado a dos penas perpetuas, una de las cuales está la acusación de haber participado en la decisión política del ajusticiamiento del senador Jaime Guzmán en nuestro país.
Claro, que también está acusado de ser parte de la dirección del Frente que fue la que tomó la decisión del ajusticiamiento de ese genocida que fue ese senador, un precursor de la dictadura sanguinaria y de la Constitución que facilitó que se mantenga un estado permanente de violación de los derechos humanos durante la dictadura y hasta el día de hoy, porque hoy las fuerzas democráticas aún pelean por el cambio de la Constitución.
-La condena no fue a la cárcel sino al aniquilamiento, a la destrucción psicológica…
-Sí. Es lo que hemos venido denunciando desde los primeros años ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Este tipo de aislamiento está condenado dentro de la misma Constitución brasilera por considerarlo un régimen de aniquilamiento dado que el castigo no está solamente en la condena sino en la forma en que debes cumplirla, en el asilamiento, a lo que se agrega una actitud xenofóbica por ser un preso extranjero. Además tiene que ver con una condena y un castigo de la clase empresarial de Brasil que es la que en este caso representa a la persona que fue secuestrada en ese momento, Washington Olivetto, un financista conocido allí. Había entonces que sentar un precedente y así hubo un ensañamiento respecto de Mauricio en su detención. Hasta el día de hoy se sigue esgrimiendo el mismo justificativo para mantenerlo aislado: su peligrosidad para la población penal, para el Brasil y para la humanidad.
-¿Cómo es un día de Mauricio?
– Un día es igual a todos los otros días. Él no define ni el horario en que se tira la cadena del baño, tiene que esperar que lo decida el guardia con los excrementos a las vista. No hay nada que él determine el momento en que se va hacer. En la mañana debe estar levantado como a las nueve para recibir el café que le reparten y luego al mediodía le pasan la comida por una ranura en la puerta, ya que no puede ver a su carcelero. Él estudió educación física, así que hace su actividad física dentro de la celda de tres por cuatro metros, tiene derecho a dos libros y dos revistas a la semana. También juega, por ejemplo, al ajedrez a los gritos con algunos presos – sin verlos- que están en otras celdas en su misma galería; aunque no mucho porque la condición sociocultural de aquellos presos no es precisamente la de quien conoce este juego. Lee y escribe. Tiene permitido escribir una cantidad determinada de cartas porque le pasan una cantidad limitada de hojas para ello y un lápiz. Por supuesto que todas las cartas, tanto las que él envía como las que recibe, son leídas y pasan por censura. Esa censura ha significado en muchas oportunidades que se le niegue el ingreso de algunos libros, porque puedan tener una connotación política o religiosa o sexual definida inaceptable por ellos.
¿También prohíben libros religiosos?
-Sí, es que algunos escritos son considerados por ellos como difamadores o peligrosos o que hacen alguna apología relacionada con el pastor y el rebaño,
-¿Cómo enfrenta esta decisión de aniquilamiento?
-Creo que tiene que ver principalmente con la lectura y con el escribir mucho, así como tener una fuerza interior indoblegable que le hace mantenerse activo física y mentalmente y no decaer ante la permanente actitud de los carceleros, aparte del régimen en sí, de que por ejemplo él no tiene permitido mirarlos a los ojos. Él ha sido castigado en algunas oportunidades por hacerlo. En las ocasiones en que sale al patio, por ejemplo, que lo hacen permanecer un largo tiempo desnudo ya que lo requisan por completo, o cuando pasan por las celdas a ver qué libro quiere esa semana, o cuando sale de la celda para ir al médico él ha sido castigado por establecer contacto visual. Nosotros hemos presentado quejas al juez a propósito de que permaneciera en esta condición bajo la supervisión de carceleros hombres y mujeres, lo cual implicaba una actitud de falta respeto, de reírse de su condición de desnude. Mauricio tiene cincuenta y ocho años y a lo largo de todo este tiempo de prisión tuvo algunos temas de salud, como alza de presión arterial, lumbago, problemas en sus rodillas, etc. en alguna oportunidad se ha quejado de esto y lo han llevado al policlínico del interior de la cárcel. Él siempre ha tenido un poco de temor a las posibilidades que tiene el régimen de inyectarle algo o darle algún medicamento que pueda significar alguna peligrosidad para su salud. En esos regímenes se estila bastante la utilización de ansiolíticos, u otros fármacos. Hay muchos presos que pasan a ser dependientes de estas drogas. Es evidente que en las condiciones de desventaja en que se encuentran en el penal, sin la posibilidad de tener otra opinión médica respecto de su alimentación y sus condiciones de descanso o actividad cotidiana, no hay consideración de estos factores. Mantener a alguien durante catorce años en esta misma condición lo coloca en una condición vulnerable. Nosotros hemos hecho la denuncia de la peligrosidad para su vida, inclusive, y no es exagerar, porque existen antecedentes y está estudiado académicamente el problema para los presos de estos regímenes que buscan el aniquilamiento de la persona, anular su capacidad de decidir y pensar sobre sí mismo, lo cual genera problemas mayores de salud.
-Todo esto sucedió fundamentalmente bajo el gobierno autollamado “progresista” del PT. Ahora Dilma Rousseff está suspendida y de imponerse una opción aún más de derecha, ¿cómo evalúan la situación?
-Lo evaluamos con bastante preocupación y lo hemos hecho saber en la Embajada. Hemos recurrido en estas últimas semanas, tanto a nivel latinoamericano como internacionalmente, a varias embajadas parea denunciar esta situación. El régimen carcelario en que Mauricio está es inhumano y existe desde el gobierno anterior, pero indudablemente que bajo el nuevo régimen que se está estableciendo la preocupación por los presos no está entre sus prioridades precisamente. En realidad, con todo este movimiento que se ha establecido, se provocó que la Corte Interamericana tome algunas medidas. Hace unas semanas, cuando la Corte sesionó en nuestro país, un grupo de compañeros de la coordinadora de solidaridad con Mauricio “Todos con Ramiro” fue con esta denuncia y ellos se comprometieron a hacer una revisión del caso, que está en esa Corte desde hace ya siete años, justamente por la situación de cambio de gobierno lo que deja un poco en ascuas cuál va ser la prioridad para ellos. Si bien antes no conseguimos los caminos que venimos reclamando en sus condiciones de detención, se había establecido una relación del Ministerio de Relaciones Exteriores y el de Justicia de Brasil con nuestro gobierno. El gobierno chileno pide que fueran respetados sus derechos humanos y que se cambien sus condiciones carcelarias. En el momento de su detención Chile pidió a Brasil su repatriación por tener él en Chile una condena que cumplir. Y Mauricio tiene entonces un juicio en Brasil que tiene que ver con esa solicitud. Brasil en ese momento cedió su extradición bajo la condición que primero cumpliera su condena en Brasil y de que no tenga en Chile una condena mayor a treinta años. Como Mauricio tiene en Chile dos condenas perpetuas, Brasil señala que no puede mandarlo.
-¿Qué dificultades les trae a ustedes cada vez que lo cambian de penal?
-Cada vez que es cambiado de penal lo sacan, lo suben a un avión y pierde inmediatamente sus pertenencias, es como volver a retomar nuevamente todo. Ellos justifican eso como una medida de seguridad. Nosotros creemos que no es casual, sino parte de lo mismo porque al mismo tiempo nosotros tenemos que iniciar cada vez los trámites demostrando que somos familiares directos y gestionar permisos para la visita… todos trámites y documentación que ya desde nuestro país son engorrosos de realizar, tienen que pasar por distintos ministerios, timbraje, legalizaciones en Chile y en Brasil todo eso pretende cortar las líneas de comunicación que en un momento se habían empezado a consolidar. Las cartas, tanto de Mauricio como las nuestras, suelen demorarse tres meses.
-En este largo tiempo fueron creciendo las voces solidarias en distintos lugares del mundo…
-Sí. En Chile un grupo importante de compañeros toman la decisión el año pasado de unirse y formar una coordinadora que empiece a exigir con más fuerza cambios en su sistema carcelario, su traslado a Chile y su libertad. El camino es que se logre sacarlo de ese estado en que está hace catorce años. Todo logro será considerado positivo dentro de esos objetivos. A la vez se están estableciendo lazos con otras organizaciones del mundo, como en Suecia, Bélgica, Italia y en Argentina donde hay otras coordinadoras de solidaridad con Mauricio.
-¿Qué actividades realizan?
-Lo principal es la coordinación en las denuncias ante las embajadas brasileras en los distintos países, así como actividades de difusión culturales, concentraciones, pintadas y mantener viva la coyuntura que permita que se haga efectiva esta actitud solidaria, que creemos que es una motivación importante en estos grupos solidarios con los luchadores sociales, con los compañeros como Mauricio que tienen un compromiso con los más desposeídos. Creemos que es importante que no sean actividades aisladas, establecer una coordinación con el objetivo de romper el aislamiento, pues en la medida en que esta situación esté invisibilizada estaríamos siendo cómplices de que Mauricio siga en el aislamiento. Todo lo que vaya en función de reclamar y denunciar esto, en alguna medida ha dado sus resultados. Nosotros logramos que nuestra embajada en Brasil lo visite aunque sea una vez al año, lo que implica que el jefe del penal esté enterado de que nuestro gobierno se está preocupando y por lo tanto tenga que hacer un informe sobre su condición de salud, informar si sus cartas se entregan, que la visita no sea interrumpida arbitrariamente… En el último cambio de penal la celda de Mauricio está ubicada en un lugar donde da el sol todo el día. Y allá la temperatura es de 40 grados. Él nos decía que en los cinco minutos en que los carceleros abren al agua para que se duche el agua sale hirviendo. Nosotros hicimos una queja respecto de eso y se les permitió tener una botella de agua natural para mezclar con la otra al momento de ducharse. Son pequeñas cosas que van ayudando a que el encarcelamiento no sea tan terrible. Lo último que conseguimos es que lo cambiaran de esa celda. El problema inverso, con el frío, se da en invierno. Donde estuvo anteriormente, cerca de la frontera con Puerto Iguazú, las temperaturas de invierno son bajísimas y conseguimos que pudieran autorizarle calcetines y gorros.
-¿Cuáles son los logros ves en perspectiva?
-Si bien en estos catorce años no conseguimos cambiar las condiciones de aislamiento vemos que hay por lo menos algunos movimientos en Brasil, hay declaraciones de que se está revisando la situación, responden con algunos informes tanto a Chile como a la Comisión Interamericana. Se ven algunas luces, que a veces se apagan con la misma rapidez con que se encendieron. Pero al día de hoy, a nuestro abogado en Brasil lo contactó la Oficina de Gobierno de Derechos Humanos para revisar la situación de Mauricio y buscar algún cambio dentro de lo que políticamente se puede. Hay dos caras de la situación, una es la netamente jurídica y tiene que ver con decisiones de jueces de distintos niveles del aparato judicial y en eso se está trabajando siempre; y hay otras decisiones que tiene que ver con la voluntad política relacionadas con aquél argumento de peligrosidad para el país, donde el presidente de un país, en este caso Brasil, podría tomar la decisión de expulsar a un extranjero condenado, y que es lo que nosotros intentamos también lograr. Esperamos que en esta oportunidad, esta iniciativa de acercarse a nuestro abogado pueda significar algún avance. No sabemos de qué índole, porque sabemos que algunas mejoras podrían ser solamente superficiales respecto de lo que pedimos.
-¿De qué modo influirían las dos condenas que tiene Mauricio en Chile en caso de repatriación?
-Existen otros mecanismos en nuestro país que nos favorecen. Hay que considerar que lleva preso catorce años más otros cuatro que estuvo preso en Chile antes de la fuga. Son dieciocho, entonces se puede apelar a mejoras carcelarias como una libertad condicional, por ejemplo. En Chile hubo un indulto hace unos años atrás, en gobierno de Frei, para los presos políticos que sumieron un compromiso de no volver a tomar las armas. Una medida de extrañamiento por diez o quince años, creo.
-Pareciera que tenemos incertidumbres de no saber qué vamos a lograr, si mejoras mínimas o la libertad total.; y también la certeza de que no podemos dejar de luchar pase lo que pase.
-Es lo que ha ocurrido todo este tiempo: desde el principio por parte de la familia y desde hace más o menos un años más orgánicamente sobre todo en nuestro país. Esto tiene que ver con la efervescencia social que existe hoy en día en Chile, en cómo se van involucrando las redes sociales. Las luchas sociales en nuestro país han adquirido un carácter más masivo en estos últimos años y eso mismo ha concitado la solidaridad internacional. Ya el año pasado hubo un programa en medio masivo como la televisión abierta de Chile que reivindicó la lucha armada con un especial sobre lo que fue el movimiento del Frente. Mauricio fue un poco gestor de este programa porque la televisión lo fue a visitar varias veces a la cárcel y él hizo el nexo con los distintos luchadores de aquella época que hoy andan por el mundo y se consiguió hacer una recreación muy respetuosa de todo lo que fueron los inicios del Frente Patriótico Manuel Rodríguez hasta su disolución. Pero lo importante es que se produce ahí una efervescencia, se rompe el cerco comunicacional sobre quién es Mauricio y se presenta una mirada que muestra las condiciones objetivas que posibilitan la fundación del Frente y la necesidad del brazo armado del partido del pueblo que era el Partido Comunista, desde sus protagonistas. Así nace el frente y luego se independiza, se gesta el Frente Autónomo, y esto tenía que ver con un seguimiento de la lucha en todos los frentes. En nuestro país declara la rebelión popular, y todos los mecanismos de lucha válidos en defensa contra el terrorismo de Estado.
-¿Qué organizaciones se acercaron solidariamente en Brasil?
-Te nombro las que no se meten: Ni Amnesty ni la Cruz Roja, porque no intervienen en casos de presos que hayan participado en hechos de sangre. Nos ha costado mucho que haya organizaciones de derechos humanos en Brasil que se pudieran involucrar en nuestras denuncias. Están los Sin Tierra que tiene sus grupos ahí y también otros orgánicos contra la tortura. Pero es muy fuerte la connotación social que tiene Olivetto en Brasil. Olivetto era muy cercano a Lula, financista del PT en algún momento, incluso. Así que ha sido difícil, durante mucho tiempo Mauricio ha estado diabolizado en el Brasil. En una oportunidad un compañero me llevó a hablar con compañeros del PC Brasilero. Llego y lo primero que me preguntaron es si él tenía militancia, si había alguien del PC de Chile que pudiera dar su aval, digamos, una cosa además difícil de conseguir en Chile en ese momento. Pero no ha sido nuestro norte que sean las organizaciones políticas las que reclamaran por Mauricio porque históricamente tampoco han estado a la altura. Mauri perteneció al Frente Autónomo y ya no del Partido por un tema de discusión política cuando se retrae la política de sublevación a una política es para a ver qué tocamos o como vamos en esta. Y eso ha significado que en todos estos años no existiera un apoyo partidario respecto de Mauricio.
-¿Imaginaste el reencuentro con tu hermano en libertad?
-Muchas veces. Fantaseaba con que él se fuera a vivir conmigo, con las comodidades que hoy no tiene en el penal, conversar con sus amigos, escuchar música, estar cerca del mar, que él extraña tanto. Esas cosas de lo cotidiano que a él le vienen quitando todos estos años. Conocer a sus sobrinos, que en su mayoría han mantenido esta necesidad del tío héroe, todos ellos participan de una u otra manera en la solidaridad con Mauricio y participan en sus lugares de actividad por las causas justas, las luchas sociales y reivindicativas. Creo que Mauri dejó una marca en la familia que los sobrinos la han sentido. Es además un tema que se conversa en todas las reuniones familiares, a ver qué podemos hacer o qué sestamos haciendo por Mauricio y el cambio de sus condiciones carcelarias. Aunque se mantenga la comunicación a través de cartas, no es lo mismo sentarse y conversar, poder hacer análisis y autocríticas de aquellos momentos también, revisar contradicciones abriéndole paso a la memoria y al hablar sin tapujos las fallas, los errores, las indisciplinas… de alguna manera traspasamos esto a las nuevas generaciones de modo de no cometer los mismos errores y para tener una memoria más clara, que no fue todo tan así… somos humanos y también el entorno nos fue moldeando…
-Además, creo que Mauricio es un pedazo de la historia de Chile…
-Así es, y una papa caliente también. Ha sido muy interesante que este año conseguimos que algunas personalidades se manifiesten respecto al encarcelamiento injusto de un luchador social y que desde un determinado periodismo y visiones históricas de nuestro país señalen que todos los ex militantes del Frene Patriótico Manuel Rodríguez deben tener una connotación de héroes nacionales porque lucharon contra una dictadura genocida y un sistema de terror del Estado durante tantos años y son un símbolo en nuestra América Latina. Por eso la libertad de mi hermano sería un estricto acto de justicia.