Martín Oñate y Néstor Vivares, miembros de la comisión directiva del Sindicato Petrolero de Santa Cruz, y el delegado de la empresa BACSSA Jorge Armoa, fueron detenidos el 23 de febrero de este año por orden del juez Quelín de Las Heras, que los procesó, con prisión preventiva, por los delitos de violación de domicilio, coacción agravada y entorpecimiento de la producción de un establecimiento. Como siempre, cuando de presos políticos se trata, las conductas que el juez y el fiscal describen en sus resoluciones no son otra cosa que la simple obligación de todo trabajador, máxime cuando se trata de representantes sindicales elegidos por sus compañeros: su presencia activa en una medida de fuerza gremial, en el marco de un conflicto con la patronal, una vez agotados todos los recursos previos (notas y reclamos a la empresa y a los organismos estatales pertinentes).
El reclamo por la libertad de los compañeros fue tomado por infinidad de organizaciones, y se integró a la agenda de acciones populares por la absolución de los trabajadores condenados a prisión perpetua en la “causa Sayago”. Por eso el 27 de febrero y el 10 de abril, en los cortes y piquetes también estuvo presente su bandera, y luego, el 2 y 3 de mayo, una delegación del Comité por la Absolución de los Petroleros de Las Heras viajó a visitarlos en Caleta Olivia y Pico Truncado, estuvo con sus familiares en Las Heras, e hizo una conferencia de prensa de gran repercusión zonal en Comodoro Rivadavia.
De regreso a Buenos Aires, el Comité preparó y promovió la firma de una presentación colectiva ante el juez de recurso de Caleta Olivia, que debía resolver, en esta semana, la apelación por el rechazo de la excarcelación a los compañeros. El escrito, que fue presentado el viernes pasado, en apoyo de los argumentos vertidos el miércoles por la defensa técnica de los trabajadores, decía en uno de sus párrafos: “La privación de la libertad de personas cuyo “delito” consistió en ejercer su legítimo e inalienable derecho a luchar por mejores condiciones de trabajo y repudiar el despido de un trabajador, sólo se explica con una justicia que, con los ojos abiertos y la venda levantada, garantiza la impunidad de los poderosos y sus brazos ejecutores mientras se torna ciega y sorda al reclamo de las víctimas”.
Apenas 48 horas después, hoy celebramos que Jorge Armoa, Néstor Vivares y Martín Oñate están nuevamente en libertad, dispuestos a seguir la lucha. Ahora vamos por el cierre de su causa, por la absolución de los trabajadores condenados en diciembre del año pasado, y por la libertad de todos los presos políticos.
CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional) en el ENA (Encuentro Nacional Antirrepresivo
Integrante del Comité por la Absolución de los Petroleros de Las Heras.