Macri llamó a un “experto en Felicidad” que ya participó de una reunión de Gabinete y un desayuno en Olivos

Oscar Castelnovo

También trascendió que el pasado 9 de abril Cerezo desyunó en la quinta de Olivos con Macri y su gabinete social para hablar de “Pobreza Cero”, una de las promesas de campaña del presidente.

Por su parte, el senador oficialista Federico Pinedo, publicó en su las redes sociales que Cerezo dijo, en el escenario del Centro Cultural Kirchner donde habló de la pobreza que “todos somos pobres por lo que nos falta y ricos por lo que podemos dar”. Una gran parte de la población aún no entiende el último concepto. Ya que Cerezo no estuvo muy concluyente cuando afirmó: “Erradicar la pobreza no tiene que ver sólo con dar alimentos y ni siquiera trabajo, erradicar la pobreza pasa por dar sueños y esperanzas”.

“¿Algo así como globos amarillos sería suficiente?”, se preguntan algunos asistentes que no salían de su asombro. “¿Cómo no nos dimos cuenta antes?”, se interrogan al tiempo que maldecían por haber creído durante tanto tiempo que, por caso, el acceso equitativo a los bienes materiales y culturales era un camino cierto de justicia.

A la vez, miles de hombres y mujeres sin trabajo, inundados o torturados en cárceles y comisarías, sin alimentos, se perdieron los consejos del psicólogo social ya que estaban ocupados en resolver su día a día, sin plata y sin fe; y carecen de interés en estas ricas conferencias.

Aunque también cabe destacar que, a pesar que Cerezo descartó la necesidad de dinero para la felicidad, el presidente no donó su inmensa fortuna amasada como parte de Socma (Grupo Macri) acrecentada durante la dictadura, que estatizó la deduda del Grupo; y el menemismo, que le dio un rol privilegiado en la “Patria contratista”. Asimismo, Macri conserva todas sus propiedades en diversos sitios del mundo y no se desprendió de sus cuentas “off shore” en Bahamas, si bien en estas es sólo director “ad honorem” tal como lo explicó utbi et orbi. Un puesto que exhibe su filantropía infinita.

Por su lado, a pesar de la “onda” pública que le tiró Cerezo a “La bomba tucumana”, Gladys aún no le respondió a este guía espiritual del primer mandatario.