La compañera Margie, camarada Nancy, militante del Partido Comunista del Perú, se entregó a la causa del pueblo desde muy joven en los años 70 del siglo pasado. En la ardua brega por la Reconstitución del Partido, en la gran epopeya de la guerra popular peruana y en la lucha política en la cuarta etapa del Partido, incluso en prisión, ella se mantuvo firme en sus convicciones revolucionarias y nunca dejó de luchar con desinterés personal absoluto y servicio al pueblo.
Cuando fue detenida en 1995 enfrentó abiertamente a la reacción defendiendo la revolución y aunque erró políticamente luego de la detención de nuestra Jefatura, supo asumir con entereza su autocrítica pública, llegando a ser delegada de las prisioneras políticas defendiendo la actual política fundamental de Solución Política, Amnistía General y Reconciliación Nacional.
El Presidente Mao Tsetung en “Servir al pueblo” afirma: “Todos los hombres han de morir, pero la muerte puede tener distintos significados. El antiguo escritor chino Sima Chien decía: ‘Aunque la muerte llega a todos, puede tener más peso que la montaña Taishan o menos peso que una pluma.’ Morir por los intereses del pueblo tiene más peso que la montaña Taishan; servir a los fascistas y morir por los que explotan y oprimen al pueblo tiene menos peso que una pluma…
… para nosotros, que tenemos la mente puesta en los intereses del pueblo y en los sufrimientos de la inmensa mayoría, morir por el pueblo es la muerte digna.”
Denunciamos que la muerte de nuestra compañera y de otros prisioneros políticos en prisión, es responsabilidad directa del Estado peruano que se opone obstinadamente a la necesaria solución política a los problemas derivados de la guerra interna y aplica una política represiva de odio, venganza, persecución y muerte contra los Prisioneros Políticos y de guerra, demostrando la mendacidad de las palabras del actual gobernante cuando dijo que “nadie debe morir en prisión”.
Los Prisioneros Políticos y de Guerra del Perú en duras jornadas transformamos las sórdidas mazmorras del Estado peruano en luminosas trincheras de combate y enfrentamos heroicamente los genocidios de Lurigancho en 1985, de El Frontón, Lurigancho y el Callao en 1986 y de Canto Grande en 1992, donde fueron asesinados con alevosía más de 320 prisioneros. En la IV etapa de lucha política hemos enfrentado el plan sofisticado de aislamiento y aniquilamiento dispersados por todo el país, alejados de nuestros familiares, con regímenes de aislamiento absoluto, con denigrantes visitas por locutorio, con impedimento de que las prisioneras puedan ser madres, ¡y jamás hemos hincado las rodillas!
Hoy después de 22 años de concluida la guerra, la reacción peruana prosigue su accionar represivo impidiendo la libertad de compañeros que ya cumplieron su pena como es el caso de los compañeros Osmán Morote Barrionuevo, Margot Liendo Gil y Victoria Trujillo Agurto, abriendo nuevos juicios de persecución eterna, confiscando bienes de nuestros familiares y reiterando su campaña negra de infamar a los prisioneros políticos. Muy especialmente denunciamos y condenamos el aislamiento absoluto y perpetuo contra el Presidente Gonzalo, el Dr. Abimael Guzmán Reinoso, demandamos el respeto a su vida y salud y nos reafirmamos en luchar incansablemente por su libertad.
Rendimos solemne homenaje a nuestra compañera Margie y expresamos sentidas condolencias a sus familiares y amigos. Su muerte es una muerte digna que pesa más que una montaña. Y, como nos enseña el Presidente Gonzalo, “los prisioneros de guerra, como el personaje de la historia, siguen ganando batallas más allá de la muerte, pues, viven y combaten en nosotros conquistando nuevas victorias; su recia e imborrable presencia la sentimos palpitante y luminosa enseñándonos hoy, mañana y siempre a dar la vida por el Partido y la revolución.”
¡MARGIE CLAVO PERALTA: PRESENTE EN LA REVOLUCIÓN PERUANA!
¡LOS PRISIONEROS DE GUERRA JAMÁS HINCAMOS LA RODILLA!
¡ALTO A LA POLÍTICA DE ODIO Y VENGANZA CONTRA LOS PRISIONEROS
POLÍTICOS DEL PERÚ!