“El interno, de apellido Aguilar, ya estaba enfermo por lo que se procedió a trasladarlo al hospital San Martín; en el trayecto, sus signos vitales no respondieron y llegó fallecido al nosocomio”, mintió Alejandro Miotti, jefe de la cárcel de Paraná a distintos medios, días atrás. No actuaron en tiempo y forma. Lo dejaron morir. “Palmera”, así le decían al hombre, padecía un grave cuadro de gastroenteritis y sus compañeros del Pabellón Nº 2 que encierra a presos federales, habían iniciado, la semana pasada, una huelga de hambre por la hospitalización de este detenido que finalmente falleció la noche del lunes.
Muere preso por desatención médica en Paraná
