El 16 de octubre del año 2005, 33 personas que estaban detenidas en el Penal de Magdalena, murieron durante un incendio al quedar atrapados adentro del Pabellón 16. El personal del Servicio Penitenciario nunca abrió las puertas y los detenidos murieron asfixiados. La Comisión por la Memoria elaboró ese año un informe que entregó al ejecutivo nacional donde se aseguraba que “El horror de la Unidad Penal 28 no fue un hecho aislado e irrepetible, es parte de una cadena de muerte, tortura, apremios, tratos degradantes, violencia ilegal y negocios sucios”. Estos hechos de violencia continuaron denunciándose año a año en los informes anuales del Comité Contra la Tortura de ese organismo y se ven agravados hoy con un record histórico de 35 mil seres humanos hacinados en cárceles del Servicio Penitenciario Bonaerense.