Cualquier persona que llega a Pergamino se entera. Un pasacalle anuncia que hoy lunes 2 de septiembre empieza el juicio por la masacre sucedida hace exactamente 30 meses, el 2 de marzo de 2017 en la Comisaría Primera, ex centro clandestino de detención.
Son las 6 de la mañana, en un día hostil, de frío y lluvia en Pergamino. La jornada arranca temprano porque hay que garantizar que la callecita que está frente al Poder Judicial de Pergamino, en la Plaza San José, no sea ocupada por autos que suelen estacionar allí. Ahora ese lugar lo ocupa el gacebo de Justicia x los 7, circula el mate. Las banderas con las caras de los siete pibes: Federico Perrotta, Alan Córdoba, Juan José “Noni” Cabrera, Sergio Filiberto, Fernando Latorre, Jhon Claros y Franco Pizarro presentes.
Para quien llega de otros lados, es fácil identificar a las familias de los siete pibes. Todas llevan en sus pechos las caras de los chicos estampadas en sus remeras. A medida que van llegando, se multiplican los abrazos y siempre alguna lágrima.
La sala de audiencia es pequeña, sabiendo que quedaría gente afuera, las familias de las víctimas habían elevado un pedido para que el juicio se desarrolle en el Concejo Deliberante de la ciudad (donde se llevaron a cabo juicios de Lesa Humanidad). A ese pedido se opuso la defensa policial y fue negado por el tribunal alegando que “no tenían forma de garantizar la seguridad”.
Una enorme fila se arma de pronto en el pasillo. La custodia la Policía Federal Argentina. Las familias de los pibes se aprestan para entrar. Un integrante del colectivo Justicia x los 7 intenta organizar “las familias para adelante. Compas, quedan 8 lugares y faltan los familiares de Noni y de Alan y tienen que entrar las familias de todos”. También se preocupan porque la prensa tenga su lugar. La difusión de esta instancia es fundamental.
Hay solo 30 lugares disponibles y son 7 víctimas. Muchas/os quedan afuera de la sala de audiencias. A la izquierda los familiares de las víctimas, a la derecha las familias/allegados de los seis imputados. La sala explota. La prensa parada al fondo. Tres oficiales fuertemente armados se instalan en el límite entre que termina el público e inicia el espacio donde están los jueces y los/as abogados/as de las partes. Ingresan los imputados. Primero Alberto Donza, el ex comisario que estuvo más de un año prófugo entra con una sonrisa, guiña un ojo y saluda con un beso a sus abogados. Con los seis presentes en la sala, la gente se para, ingresan los jueces y comienza la audiencia algunos minutos más tarde de las 10:00.
El presidente del tribunal hace su primera intervención: además de avisar que no habrá sonido amplificado, advierte “acá se van a escuchar muchos testimonios y cosas que no van a gustar… exijo el mayor de los respetos y cualquiera que haga algún comentario o exclame algo será expulsado de la sala”.
Los lineamientos generales
El 2 de marzo de 2017 Federico Perrotta, Alan Córdoba, Juan José “Noni” Cabrera, Sergio Filiberto, Fernando Latorre, Jhon Claros y Franco Pizarro murieron quemados y asfixiados encerrados en la celda 1 de la comisaría 1° de Pergamino. En la tesis que sostuvo el fiscal Nelson Mastorchio en la lectura de sus lineamientos destacó el factor tiempo. Por un lado, el tiempo que hubo entre que ‘comenzó el primer foco ígneo y que se produjo la muerte de los chicos’. Por otro, el tiempo entre que llegaron los bomberos y que pudieron actuar. En los dos casos, el tiempo fue mayor que el que cualquier cuerpo puede resistir, inhalando humo y habitando el fuego en carne propia. Por esta y otras razones es que el fiscal advierte que estos policías cometieron el delito de “abandono de persona seguida de muerte”. En síntesis, la fiscalía sostiene que los policías presentes esa noche no hicieron nada por apagar el fuego, desoyeron los gritos de auxilio que se escuchaban hasta afuera y cuando los bomberos llegaron, alertados por una dependencia vecina, obstaculizaron su trabajo. La llave que abría la puerta-reja del acceso a las celdas no apareció durante 20 minutos. El fiscal asegura que probará que esa noche del 2 de marzo había dos juegos de llaves en poder de los ex policías Alexis Eva y Alberto Sebastián Donza.
Siguió el turno de las partes querellantes (o “bloque acusador” como lo llamó el presidente del tribunal). En primer lugar se presentó Maximiliano Brajer, representante legal de la hija de Fernando Latorre, quien adhirió en términos generales a la acusación que hizo el Fiscal y concluyó “los policías violentaron la función que era inherente a su responsabilidad”.
Continuó Carla Ocampo Pilla, de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), organismo que representa a las familias de Sergio Filiberto, Fernando Latorre, John Claros, Alan Córdoba y Franco Pizarro, en este último caso junto al Dr. Juan José Giame. En la lectura de sus lineamientos aseguró que los siete chicos “fueron engomados (encerrados) a un horario que no era el habitual”, que “una vez iniciado el fuego, los policías presentes esa noche clausuraron las puertas de acceso a los calabozos”, que “se inicia la protesta con un fuego pequeño y los policías se asomaban sin hacer nada” y que “en un momento sacan a Brian Carrizo, que era de imaginaria de calabozos (encargado de recorrer los pasillos de las celdas) y luego cierran la puerta de acceso a los calabozos, que debería haber permanecido abierta”, que unos minutos más tarde “ingresaron para trasladar a dos internos”, que “los pibes empezaron a arrojar pedazos de colchón cada vez más grandes y que todos los internos, los de la celda 1, los de la celda 3 y los de la celda 6 empezaron a gritar y a rogar al personal policial que los salven”, que “entre el primer foco ígneo y el último pasaron más de cuarenta minutos y que “al día de hoy se desconoce quién hizo el muy tardío llamado a los bomberos”.
Luego, Margarita Jarque, también de la CPM, presentó, a modo de contextualización de lo que significó esta masacre un análisis más general que la Comisión viene realizando hace ya 20 años sobre la situación precaria y peligrosa de las cárceles, seguido de un análisis más político sobre el rol que tienen las instituciones de encierro, la forma sistemática de operar de las fuerzas de seguridad, y la vulnerabilidad de la juventud más marginada por la sociedad, los y las pobres. Aseveró que “el trato al que están sometidas las personas privadas de su libertad está atravesado por la inhumanidad y el desprecio total a la vida”. También destacó que en el presente juicio se van a intentar probar las responsabilidades inmediatas de esta masacre, pero que no descartan que en el transcurso del juicio oral se produzcan pruebas que permitan avanzar sobre las responsabilidades políticas.
Y citó, para cerrar, lo que las madres le han dicho en varias oportunidades: “nosotras encontraremos un poco de reparación en la justicia, nunca total, porque a nuestros hijos no nos los devuelve nadie. Queremos que se haga justicia y que esto no vuelva a ocurrir nunca más”.
Por último, la Dra. Jaquelina Conti, quien representa a la familia de Juan José Cabrera y el Dr. Ramiro Llan de Rosos, quien patrocina a la madre de Federico Perrota, adhirieron a lo expuesto anteriormente, tanto por la fiscalía como por las demás partes de la querella
La defensa de los policías
Comenzó exponiendo sus lineamientos el abogado Carlos Torrens que intentó presentar a su defendido el ex Comisario Alberto Sebastian Donza, quien permaneció prófugo de la justicia durante más de un año, como un “defensor de la vida humana”, haciendo referencia a que previo a la masacre, había elevado distintos pedidos de quince colchones ignífugos. Cabe preguntarse por qué si, tal como afirmó el defensor, “es indudable la importancia por la vida humana de mi defendido” esa noche Donza no entregó las llaves a los bomberos.
Torrens concluyó sosteniendo que no hubo dolo en el accionar de su defendido y que en tal caso podría tratarse de un delito culposo.
Por su parte Gonzalo Alba, defensor de los ex policías Brian Carrizo, Alexis Eva, Matías Giulietti, Carolina Guevara y Sergio Rodas manifestó con un tono soberbio y enérgico que “va a quedar demostrada la absoluta inocencia de mis 5 defendidos”, a la vez intentó justificarlos diciendo “esto de harás lo posible por salvar la vida del otro, esta lógica más elemental que implica que al primer foco ígneo uno lo que tiene que hacer es abrir todas las rejas como si estuviéramos hablando de un jardín de infantes”.
A las 11:10 de la mañana finalizó la primera audiencia del juicio por la masacre de Pergamino. Ya en la calle, en las puertas del poder judicial Silvia Rositto, madre de Fernando Latorre, no contuvo más el grito: Federico Perrotta ¡Presente! Alan Córdoba ¡Presente! Noni Cabrera ¡Presente! Sergio Filiberto ¡Presente! Fernando Latorre ¡Presente! Jhon Claros ¡Presente! Franco Pizarro ¡Presente!
Conferencia de Prensa
Al finalizar la jornada se realizó una conferencia de prensa donde los/as abogados/as dieron sus impresiones. También tomaron la palabra las madres. Cristina Gramajo, la mamá de Sergio Filiberto expresó “Justicia completa no vamos a tener, porque a nuestros hijos no nos lo devuelve nadie, Justicia sería que no caiga ningún pibe más en manos del Estado” y remarcó la importancia de tener un colectivo por detrás que sostiene esta lucha y que “mientras estábamos velando a nuestros hijos se autoconvocaron y salieron a la calle”
Alicia, la mamá de Paco Pizarro habló en llanto “me sentí muy mal recién adentro cuando vi que sus asesinos entraron sonriendo. No puedo más” y siguió el papá de Paco “yo el Domingo lo espero en mi casa como lo esperaba todos los días”.
**Este diario del juicio a los policías responsables de la Masacre de Pergamino, es una herramienta de difusión llevada adelante por integrantes de La Retaguardia, FM La Caterva, Radio Presente y Cítrica. Tiene la finalidad de difundir esta instancia de justicia que tanto ha costado conseguir. Agradecemos todo tipo de difusión y reenvío, de modo totalmente libre, citando la fuente. Seguimos diariamente en https://juicio7pergamino.blogspot.com