Luego de la proyección a la que asistieron más de 60 mujeres, la protagonista de Entre Caníbales mantuvo una muy cordial charla con las detenidas.
Junto a Natalia también se encontraban Verónica Calvo, secretaria Técnica de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina y Ariel Cejas Meliare, director General de Protección de Derechos Humanos de la Procuración.
Según informó la PPN, Oreiro habló de su historia personal donde incluso se pensó que podía ser hija de desaparecidos y cómo, a partir de esa sospecha que finalmente no se comprobó, tomó más conciencia sobre lo que había sucedido esos años.
También habló de los prejuicios y de la necesidad de reconocernos como hermanos para vivir la vida de la mejor manera posible.
“La gente te encasilla y piensa que sos de una sola manera; pero todos tenemos muchas cosas para dar, cosas buenas y cosas malas, y depende de qué es lo que elegimos en nuestra vida y para dónde queremos ir, es lo que vamos a poder construir”.
Esa frase, tan humana y sencilla, fue retomada por una mujer detenida quien dijo, al borde del llanto: “muchos nos encasillan a los que estamos privados de libertad y tenemos un montón de cosas…pero es más difícil ponerse a buscar las virtudes de las personas que los defectos. Agradecemos que te hayas animado a cruzar la puerta de la cárcel. A veces, los que estamos privados de libertad estamos como en un cajón de muertos…Un estímulo de esta calidad debería existir siempre. Los que no quieren más delincuencia deberían ayudar de esta forma, con estímulo educativo, con estímulo social”.
Luego de despedirse con la promesa de volver y realizar una actividad en conjunto con su marido el músico Ricardo Mollo, (líder de la banda Divididos), se dirigió al pabellón donde se alojan mujeres que están en el programa de rehabilitación de drogas. Allí, con la misma calidez y apertura, se dispuso a escuchar y contar experiencias de su vida personal que la conmovieron hasta las lágrimas.
A corazón abierto, trató de transmitir un mensaje de esperanza para quienes, tocando fondo y viendo que no hay nada más ahí, pueden despertar el deseo de salir aferrándose a la vida. “Todos tenemos historias más difíciles que otras, todos nos podemos equivocar en algún momento. Nadie es perfecto. Lo importante es tener fuerza interior, creer en uno y querer salir…siempre se puede hacerlo” decía Natalia.
La jornada terminó en una ronda de aplausos y voces que cantaban a coro la canción de Gilda, en alusión a la película que está grabando Oreiro en la actualidad.
(Fuente: republica.com.uy)