Por eso nos movilizamos, acompañados de un amplio arco de la dirigencia política, para expresar la preocupación por esta situación y exigir una pronta resolución.
Lescano, que lleva ya más de un año y medio en prisión, es hoy, un preso político. Las razones: haber participado de un escrache contra el ex gobernador Jorge Sobisch, responsable del asesinato del docente Carlos Fuentealba. En el caso de Lescano, la justicia fue certera. Fue condenado a 3 años y 6 meses. Cuando fue detenido, en diciembre de 2013, mientras estaba siendo intervenido quirúrgicamente, advertimos que si era recluido en prisión, podría tener problemas de salud. En efecto, en mayo de 2014 sufrió un ACV que casi le cuesta la vida. Desde entonces, su salud ha sufrido recaídas.

Con sus 65 años a cuestas y 50 años militando por la revolución en Argentina, desde el PRT-ERP, pasando por la lucha anti-neoliberal, hasta el día de hoy, encarna una experiencia política luminosa. Fue preso político de dictaduras y gobiernos democráticos desde Lanusse para acá. En 2013, poco antes de ser detenido nuevamente, fue testigo clave para condenar a los milicos genocidas que perpetraron la Masacre de Capilla del Rosario, en Catamarca, 1974, de la que fue sobreviviente.
Lescano sigue preso. La única forma de que mejore, es ganando su merecida libertad. Una deuda que toda la militancia popular debe tomar como suya.

LIBERTAD AL BOLI LESCANO
LIBERTAD A LOS PRESOS POLITICOS
LIBERTAD A LOS PRESOS POR LUCHAR

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