“Hacemos responsables a las autoridades estatales encabezadas por Mauricio Macri como Jefe de Estado y Claudio Avruj como Secretario de Derechos Humanos, quienes son responsables de todo lo que allí ocurre. Tanto en esta gestión como en la anterior, hemos repudiado este tipo de eventos festivos en un sitio que para nosotros es sagrado. En ese sentido, llamo a la reflexión a la conducción de la agrupación Verde y Blanca de ATE Capital y a su máximo responsable político, Daniel Catalano. Hay muchísimos lugares donde se puede festejar el fin de año, eligieron el menos indicado por tratarse de un sitio emblemático para la memoria de nuestras compañeras y compañeros detenidos desaparecidos, quienes nacimos y perdimos a nuestra mamá y papá, y a quienes hoy en día deben tener como referencia ese sitio que debe recordarnos no sólo las cosas horribles que allí ocurrieron, sino que la causa de la muerte de esas personas fue un compromiso solidario para crear un país distinto. Decimos con la misma convicción de siempre; 30000 compañeras y compañeros detenidos presentes, ahora y siempre. No olvidamos, no perdonamos, no reconciliamos. Cárcel común, perpetua y efectiva para los genocidas militares y sus cómplices civiles, empresariales y eclesiásticos”
Los casos de Mirta Mónica Alonso Blanco de Hueravilo, Oscar Lautaro Hueravilo y Emilio Lautaro Hueravilo
Los dos militaban en el Partido Comunista. Fueron privados ilegalmente de la libertad, con violencia, abuso de funciones y sin las formalidades prescriptas por la ley el 19 de mayo de 1977. A ella la secuestraron en el sepelio del abuelo de Oscar, en la Ciudad de Buenos Aires. Ella tenía 23 años de edad y estaba embarazada de seis meses. A Oscar lo secuestraron de madrugada en su domicilio. Ambos fueron llevados a la ESMA, donde permanecieron en cautiverio bajo condiciones inhumanas de vida, y donde nació el hijo de ambos, el 11 de agosto de 1977. Mirta lo marcó en una oreja con una aguja caliente para facilitar que pudiera ser reconocido y le colocó una tirita en la muñeca, que decía “Lautaro”. El parto fue presenciado por Nilda Orazi (266). El niño fue hallado por su abuela en un orfanato de la Ciudad de Buenos Aires, a los cuatro meses de vida.
A Oscar lo apodaban “Carlos”. Fue trasladado en un vuelo de la muerte antes del nacimiento de su hijo y Mirta unos días después. A ella la llamaban “Mónica”. Ambos siguen desaparecidos.