El atropello a la Lof en Resistencia tuvo como consecuencia la desaparición de Santiago Maldonado, artesano anarquista que se encontraba en el lugar desde el día anterior para manifestar su solidaridad con la causa que movilizaba en ese momento a la comunidad: el pedido de libertad a su lonko, Facundo Jones Huala.
Jones Huala había sido detenido el 27 de junio de manera ilegal, por segunda vez en el marco de un pedido de extradición que ya había sido rechazado en 2016.
Desde aquella fría mañana con la que iniciaba agosto la comunidad mapuche vio multiplicarse la violencia estatal y paraestatal en su contra, mientras en el resto del país comenzaba a tomar fuerza un amplio montaje político encabezado por la ministra Bullrich que acude a diversos medios a su alcance para instalar el fantasma de un enemigo interno con el cual justificar la represión y la militarización de la sociedad.
Los días siguientes a la desaparición de Santiago estuvieron signados por la persistente campaña del gobierno nacional que negaba que el artesano hubiera estado en el lugar. Muchos dias pasaron hasta que las imágenes de algunos medios de Esquel demostraron su presencia en la ruta cercana a la Lof.
Pero la campaña de mentiras, de distorsiones, de negación acerca del papel de funcionarios del gobierno como el Jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad Pablo Nocetti, que se encontraba en las inmediaciones de la Lof al momento del operativo no se acabarían alli.
Era pública y notoria la presencia permanente en el Juzgado Federal de Esquel del funcionario del Ministerio de Seguridad Gonzalo Cané, de la Secretaría de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas. Dicho Juzgado estaba a cargo del habeas corpus presentado por Santiago.
En medio de una aceitada campaña de desprestigio a la familia Maldonado, de injurias contra la propia víctima y de demonización del pueblo mapuche el cuerpo de Santiago “apareció” inexplicablemente en el río Chubut dentro del predio de la Lof, en una zona del río muy playa y varias veces rastrillada el 17 de octubre de 2017.
El hallazgo y la posterior autopsia del cuerpo lejos de responder interrogantes abre muchos otros. ¿Qué pasó con Santiago, dónde estuvo en los 78 días que permaneció desaparecido? ¿Murió en el lugar? ¿Por qué no lo encontraron los rastrillajes anteriores? ¿Por qué su cuerpo apareció aguas arriba de donde fue visto por última vez? ¿Por qué su DNI no fue deteriorado por el agua? ¿Quién atendió la llamada realizada a su celular el día 2 de agosto? ¿Quién tiene ese aparato? Son algunas de muchas preguntas posibles no resueltas.
La violencia contra las comunidades mapuches siguió en aumento y se cobró la vida de Rafael Nahuel en Mascardi el mismo día del velorio de Santiago Maldonado.
El lonko Jones Huala siguió en prisión y fue sometido a un segundo, identico e ilegal juicio de extradición. Actualmente se encuentra en prisión domiciliaria.
Un año después de la desaparición de Santiago el gobierno nacional redobla la apuesta represiva y rehabilita la intervención de los militares en tareas de “seguridad interna”.
El caso Maldonado no ha terminado, pero hace un año muestra cómo se puede comportar el Estado mintiendo, difamando, interviniendo a la Justicia cuando necesita reprimir y justificar su accionar.