Se abre una nueva instancia en la causa Las Marías

Las detenciones y secuestros de dirigentes sindicales, desde abril de 1976 hasta los hechos de julio de 1977, donde más trabajadores fueron privados ilegalmente de su libertad, de los cuales dos permanecen desaparecidos, constituyen delitos de lesa humanidad, en los cuales existen fuertes y variadas evidencias de responsabilidad por parte de la empresa y, particularmente, de Adolfo Navajas Artaza, quien era en ese entonces su presidente.

Por medio de la instrucción realizada en la causa Expte. N° 2526/1976, se materializan las detenciones de los dirigentes gremiales la intervención de las instituciones sindicales, la información necesaria para profundizar las tareas de inteligencia secuestrando la nómina de afiliados, y toda la información que obtiene por medio de las testimoniales de la causa, donde se interroga sobre‖ “Si los imputados (Acuña/Franco y Aguirre), hicieron reuniones con el personal del Establecimiento las Marías.

La persecución y detenciones quedo también plasmado en las planillas de personal aportados por la empresa Las Marías agregados a autos, donde puede advertirse que de una planta de personal de 1233 para el año 1975 disminuye a 1150 para el año 1976.

Lo más relevante de esas declaraciones juradas lo constituyen las marcas sobre cada uno de los nombres del personal de Las Marías de los años en análisis, los que se corresponden con las de los obreros que fueron víctimas de ilegítimas detenciones, desapariciones y despidos, corroborando la existencia de un aporte especifico de información, que necesariamente tuvo que proporcionar el cuerpo directivo de la empresa, ya que por sí misma las fuerzas represivas no pudieron haberla obtenido.

Otro elemento a valorar es el que aporta una de las víctimas, el Sr. Juan Gómez al revelar la presencia de las fuerzas de seguridad en el interior del establecimiento una vez desarticuladas las organizaciones gremiales, y la orden impartida por el presidente del establecimiento en presencia del Capitán Sacco, de que se terminaban los sindicatos, evidenciando el aporte de la estructura organizacional de la empresa a las fuerzas represivas para la realización de los secuestros.

En el presente caso, la responsabilidad de la empresa y particularmente de su presidente, Adolfo Navajas Artaza, en crímenes de lesa humanidad cometidos contra sus trabajadores, se desprende como ya se ha dicho de los testimonios respecto de los hechos, de las causas armadas contra los detenidos a modo de legalización de los procedimientos ilegales de secuestro, de la provisión de información, recursos logísticos y materiales a las fuerzas que ejecutaron los delitos, la presencia de personal policial participante de esos hechos dentro de la empresa de manera permanente, la pertenencia gremial de la mayoría de los trabajadores víctimas, las acusaciones de sabotaje en el marco de actividades subversivas que realizó la propia empresa contra sus empleados.

El análisis integral de la causa y sus expedientes acumulados como prueba, nos llevan a la convicción de un grado de involucramiento empresarial en las políticas dictatoriales represivas, que ampliamente superan las figuras de la complicidad.

La Argentina a partir del juzgamiento en estos procesos ha logrado conocer la verdad sobre el accionar del aparato represivo durante el último golpe militar, y al mismo vislumbrar que algunas empresas no tuvieron roles pasivos en las decisiones, sino todo lo contrario compartieron la responsabilidad en el entramado social, político y económico de un país claramente definido de ante mano: transformar el sistema económico del país, y para ello entregaron información relevante, como listas, direcciones, todo lo que era necesario para definir el perfil del oponente a destruir, tareas a las que se avocaban las fuerzas represivas.

Este contexto general y lo expuesto en particular permite por un lado situar los hechos dentro del ataque generalizado y sistemático del que fue objeto parte de la población civil por las fuerzas represivas y por otro la participación del presidente y de los directivos de la empresa Las Marías.

Es por ello que concretamente este Ministerio Público entiende que debe ser responsabilizado el Sr. Adolfo Navajas Artaza por las privaciones ilegítimas de la libertad agravada sufrida por Ramón Aguirre, Marcelo Acuña, Pablo de la Cruz Franco, Juan Gómez, Carlos Arturo Escobar y Héctor Sena.

  • Justicia para Virasoro – Corrientes*