En ese marco un equipo de la Procuración Penitenciaria realizó visitas a distintas unidades de la región. En primer lugar se concurrió a la obra del Complejo Federal de Cacheuta donde se comprobó que las instalaciones todavía están inconclusas. Había solo 50 personas trabajando y para reactivar la obra se necesitarían alrededor de 300 más. Así se estima que reanudando los trabajos tardarían cerca de un año y medio, o tal vez más, para poder inaugurar dicho complejo.
Más tarde el equipo concurrió a la Unidad 3 de mujeres en “El Borbollón” donde el Procurador Penitenciario, Francisco Mugnolo, se entrevistó con la directora del mencionado establecimiento, Alcaide Mayor María Cevallos. Mugnolo se refirió a todas las falencias edilicias y al principal problema que es la Sobrepoblación. Como consecuencia de estas graves dificultades se visualizan distintas carencias dentro de la unidad como la falta asistencia médica, la mala alimentación, la falta de condiciones de higiene, la falta de fumigación, la ausencia de actividades de recreación en espacios libres y cerrados. En números, la cárcel tiene capacidad para 90 personas y en el momento de la visita había 113. A principios de 2015 la población carcelaria ascendía a más de 130 detenidos.
Luego, se firmó el convenio marco entre la PPN y la Comisión Provincial de Prevención de la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles y Degradantes de Mendoza representada por el Procurador de las personas privadas de la libertad de dicha provincia, Fabricio Imparado.
A la vez, la Procuración firmó un convenio marco con la Universidad Nacional de Cuyo. Ambas instituciones acordaron “implementar las acciones tendientes a desarrollar en forma conjunta proyectos de carácter académicos, científicos y culturales en beneficio de las partes”. Enmarcado desde lo académico, se realizaron encuentros con representantes de la UNC para interiorizarse de la situación de las personas privadas de la libertad y la educación.
Cómo se recordará, la Universidad en las cárceles es un derecho y beneficia a toda la sociedad. Por caso, el índice de reincidencia de quienes estudian en el Centro Universitario Devoto, es de solo el 7 por ciento. Sin embargo, en los espacios donde existe este derecho la cifra supera el 50 por ciento. La contundencia del dato, exime de más argumentación.