Los trabajadores de la agencia, convocados por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y el Sindicato de Trabajadores de Prensa (Sitrapren), celebraron una Asamblea General en la puerta del histórico edificio de Bolívar 531 apenas conocidos los primeros despidos. Se recordaron las exitosas experiencias que revirtieron los cierres de 1996 y 2000 (cuando la agencia también era presidida por Rodolfo Pousá, el actual presidente) y se exhortó a pelear por defender la existencia de Télam y los medios públicos.
Con un extraordinario nivel de cinismo y perversión, Lombardi anunció los despidos masivos como una buena noticia, con un llamado a construir una “nueva Télam” luego de promover una suerte de limpieza ideológica de aquellos trabajadores que dijo ingresaron en el gobierno anterior. Un discurso insostenible y falso. Los despidos consumados hoy responden a trabajadores de todos los sectores, de toda antigüedad, de todas las pertenencias políticas. Lo que hay es un desguace: un proyecto para desmantelar a los medios bajo gestión estatal y entregar el sistema de medios en favor del capital concentrado de la industria.