Sandra Raggio: Es poca la documentación que hay, pero es muy certera, porque es documentación que en su momento ya fue presentada en los juicios donde fue requerida, fue prueba. También en su momento se la entregamos a la mujer y al hijo de Jorge Julio López. Consiste, básicamente, en un listado que hay de detenidos bajo disposición del Poder Ejecutivo Nacional en marzo del 77, donde todavía Jorge Julio López no había sido “blanqueado”, no estaba en la Unidad Penitenciaria N° 9 donde finalmente lo blanquean y está preso más de un año. Lo que dice allí es que estuvo detenido en la comisaría 5ª, que es un lugar acá en La Plata donde funcionó un centro clandestino de detención, y estaba en ese momento detenido clandestinamente, o sea, que estaba desaparecido. Esto significa que en el documento de la DIPPBA lo que se prueba es la desaparición de López, mediante esta burocracia del Estado que deja registro de su desaparición. En ese momento, cuando los familiares estaban buscando desesperadamente a Jorge Julio López, la policía sabía dónde estaba, tenía registro de ello, y da cuenta de alguna manera de cómo operaba, cuestiones que ya sabemos…
Sabemos que esto ocurría, se ha probado en numerosas oportunidades cuál era el modus operandi de la dictadura militar. Pero el saberlo no deja de volver a marcarnos esta idea de que tenemos documentación sobre su primera desaparición y no tenemos nada, nada, ni un rastro, ni una pista, sobre su segunda desaparición.
En ese momento, DIPPBA operaba en el marco del terrorismo de estado. En este momento, tenemos un estado democrático en el marco del cual las fuerzas de seguridad, la justicia, operan, y es realmente muy preocupante y llama a la reflexión profunda acerca de todo lo que le falta al estado democrático que no se haya podido avanzar un solo paso, un solo paso en el esclarecimiento de lo que pasó con la segunda desaparición de Jorge Julio López.
Mientras tanto, en los archivos de la DIPPBA tenemos documentación de la primer desaparición que ya ha sido probada en la justicia. Ha sido una desaparición que se dio en este estado clandestino, represivo, genocida. Bueno, ahora en democracia, ese mismo estado no ha podido ni siquiera encontrar una pista certera acerca de esto. La pregunta que nos hacemos como Comisión es por qué. Si es que no ha habido decisión política para hacerlo, si la justicia no ha puesto todos los recursos a su disposición, si no es una investigación de primer orden como debería ser… porque en todos los poderes del estado, no hay una investigación más importante que saber qué pasó con Jorge Julio López, porque esto revela todavía un sistema de impunidad de lo que pasa hoy con las violaciones de los DDHH. Es un caso más impune, pero por la relevancia que tiene debería ser de alguna manera el caso emblemático donde podamos todos sentir con tranquilidad que las instituciones de la democracia funcionan.
Te agradecemos el contacto, sabemos que estás con poco tiempo. Mientras se realizaba la movilización el pasado viernes en La Plata, simultáneamente en Florencio Varela se hizo un escrache a Luis Genoud, quien fue nombrado como parte del Consejo de la Magistratura de la Provincia de Buenos Aires y que está vinculado también al terrorismo de estado durante la última dictadura militar. Casos como este, en el que los resabios de la dictadura permanecen en las instituciones de la democracia nos llaman a la reflexión.
Sandra: Sí, a mí me preocupa mucho más que no son resabios, o sea, son también los dispositivos que funcionan en democracia. Nosotros teníamos una cierta ilusión en los años 80. Decíamos que erradicada la dictadura, instalada la democracia y con una democracia estable, ciertas cosas ya no iban a ocurrir más. Bueno, en democracia se violan sistemáticamente los derechos humanos, se violan los derechos de sectores de la población, que son los más vulnerables, los más pobres, hay todavía un cierto estado de excepción donde un montón de ciudadanos en la Argentina están por fuera del estado de derecho, sin acceso a la justicia. Y el caso López es un caso que da cuenta de eso, de esta diferencia en el tratamiento a lo que pasó con las violaciones de los DDHH durante la dictadura y el tratamiento que se da a las violaciones a los DDHH que ocurren durante la democracia, donde la justicia por lo menos debería ser mucho más eficaz, porque ya no tenemos un estado represivo que está llevando adelante un plan sistemático, donde todos los dispositivos están a disposición de eso, sino que estamos en democracia. Yo creo que son mucho más que resabios.
También da cuenta de un estado que todavía no se termina de democratizar, digamos. Y una democracia que todavía no se termina de democratizar, con todos los alcances que hemos hecho como sociedad, con esta estabilidad democrática que tenemos que la valoramos, que podemos elegir, estamos eligiendo a nuestros propios gobernantes. También en los 80 dudábamos acerca de si eso podía pasar o no. Hoy, eso está, pero no es suficiente. No es suficiente que ciertos procedimientos garanticen cómo son las formas de elección del gobierno, sino también que haya procesos de democratización muy fuertes.
Una de las cuestiones para nosotros fundamental, es que se democraticen las fuerzas de seguridad y por supuesto, la justicia también. Pero las fuerzas de seguridad, cuando nosotros ponemos a la luz los documentos de la DIPPBA damos cuenta de lo que puede hacer una agencia de inteligencia. Y la DIPPBA siguió funcionando hasta 1998. Entonces nos preguntamos también qué otra documentación habrá producido el estado que estará en las manos de las agencias de inteligencia, que a lo mejor tienen alguna noticia sobre lo que puede haber pasado con López. Es una pregunta, nada más.
Sandra, muchas gracias y un saludo para los compañeros y compañeras de la Comisión.