Los hechos en la voz de Nora Salas
“El domingo 16 de agosto se solicitó una ambulancia del SAME para que asista a una adulta mayor Wichí, de nombre Virginia quien venía presentando síntomas febriles elevados. Asistió al llamado un médico que no quiso dar sus datos y se mostró inflexible, grosero y provocador para con la gente del acampe debido a que exigía que la paciente salga de la carpa a recibir la atención, mientras que la pobre abuela no podía siquiera levantarse del piso húmedo donde duerme debido a su excesiva fiebre.
Algunas personas presentes trataron de calmar al médico, entre ellas Gladys, una enfermera que atiende las demandas del acampe ad-honorem, también se encontraba un odontólogo, el doctor Mario Messore, quien también colabora con el acampe.
Ninguno de los intentos de calmar a este doctor del SAME dio resultado y, finalmente, se retiró negándole la atención médica a la persona Wichi, en una desafortunada forma de discriminación y racismo.
En el nuevo paradigma de la salud (antes también) a sus expresiones malintencionadas se le llama ’discurso médico hegemónico’, debido a que sólo puede comprender su propia necesidad, negando la existencia de un Otro.
Querer que una persona ’salga’ de su carpa para ser atendida es razonable. Pero, creer que si no es cumplida la condición que usted impone no hay abordaje a la salud es negarle dicho acceso. Es su condición o nada, ¿no?
Opinar que el humo de la fogata perjudica a su salud creo que es razonable. Esperar que sujetos que viven hace seis meses en la calle tengan microondas para cocinar es una utopía. También tener la fantasía que el Estado les lleve viandas para alimentarse. ¡Imagine usted que carecen de agua hace seis meses!
No poder razonar que existen multiculturalidades, no comprender que está en un acampe indígena, Qopiwini, reviste una flagrante ignorancia y un irrespeto importante de su parte.
La persona que trataba de calmar al doctor, da la casualidad, también es doctor. Mario Messore es su nombre y, a diferencia de este ’sujeto supuesto saber’ está ayudando y apoyando al acampe desde el 14 de febrero, tratando de desdibujar la línea que divide a sus medicinas naturales de la ’medicina blanca’.
Doctor Menguele, descorra el velo que le impide ver otras realidades. Además de usted y sus guardapolvos blancos hay ’Otros’.
La población, por la que usted cobra para atender, necesita que usted lea sanitarismo, a Ferrara, a Carrillo.
Y disculpe si nuestros hermanos originarios le han puesto una mano encima, razón por la cual usted debió declamar ’no me toque, no me toque’. Ellos no contagian al contacto, no necesitará que le explicite que usted es un fascista discriminador, lo sabrá de memoria. A sus hijos, ¿usted les impide que jueguen con niños ’marroncitos’?
No sé a qué obedece el ’no me toque’ suyo, sacando el mecanismo de defensa que pudo haberlo generado. No piense que nuestros hermanos vayan a golpearlo o algo así. Ellos respetan a todo animal que habite la tierra, incluido usted, lamentablemente.
Lo trágico de esta situación es la vulnerabilidad de los sujetos del acampe y que esta situación queda como un “antecedente” para que ya no llegue la ambulancia ante otra emergencia.
¿Le sorprende el término ’antecedente’? Lea a Michel Foucault y va a comprender el mecanismo policíaco de control sobre la salud en donde usted, doctor Menguele, es un triste vigilante.”