Al grito de “Yo sabía/ yo sabía/ a los pibes/ los mató la policía” unas dos mil almas pergaminenses arrancaron la caminata desde la Plaza 9 de Julio. A la vez, en cada tramo algún familiar o amigo de los 7 gritaba el nombre de uno de ellos y un “¡Presente! atronador se expandía por las calles de la ciudad. Entre los presentes se hallaban Elvira Meza de la Red de Madres Camino al Siglo XXII; Emilia Vasallo de la Marcha Nacional contra el Gatillo Fácil, Andrea Casamento de Familiares de Detenidos en Cárceles Federales, Sandra Gómez del Colectivo contra Gatillo Fácil de La Plata y María Gorosito, y decenas de mujeres que llevaban en sus remeras blancas el rostro de su hijo ejecutado. A la vez, marcharon Alfredo Cuellar, padre de “La China” Florencia, asesinada en la Cárcel de Mujeres de Ezeiza en 2012; Carlos Casal de Violencia Institucional; Claudio Castro de Causas Armadas; Cooperativa Esperanza, Partido Obrero y Liga Socialista Revolucionaria, entre otros.
Nora Cortiñas, Pérez Esquivel y los que defienden a los asesinos.
La infaltable Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora, al salir de la Iglesia indicó a esta Agencia que: “Me parece terrible que sigan cometiendo estos delitos con jueces que miran para otro lado, con policías que matan y matan a nuestros jóvenes; y esta sociedad que en los primeros días decía barbaridades cuando todos somos inocentes hasta que se demuestre lo contrario. Y nadie puede aplicar una pena de muerte que no existe en las leyes. Creo que nuestra sociedad debe tener más humanidad, y debemos pensar que a cualquier hijo le puede pasar lo que les sucedió a estos chicos. Yo condeno la actitud de los jueces que no les importó abordar la problemática de los pibes cuando vivían y hay que hacerles un juicio político y sacarlos de sus funciones; y también hay que condenar a los policías”.
Por su parte, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel expresó: “Teníamos muchas ganas de estar con los familiares de las víctimas, queríamos escucharlos y analizar qué es lo podemos hacer desde la CPM para buscar verdad, justicia y la reparación del daño causado porque hay una enorme responsabilidad del estado en los hechos. Traemos toda nuestra solidaridad para las familias, ellos no van a recuperar a sus hijos pero todos juntos podemos trabajar para que estas masacres no sucedan más”.
Sin embargo, más allá de los justos deseos de Nora Cortiñas y Adolfo Pérez Esquivel, no todos en esta ciudad piensan del mismo modo. Así, habrá una marcha en favor de los policías detenidos, será el próximo viernes 7 de abril a las 18 “en apoyo y para que se revea la causa que tiene como detenidos a los 5 oficiales de policía que se encontraban en la Comisaría Primera el día de la Tragedia”. La convocatoria se realizó a través de las redes sociales y se concentrarán “los efectivos que estén de franco, de servicio y los familiares, como así también la ciudadanía que quiera apoyarlos”. Queda claro la división social en Pergamino, donde una parte de la comunidad apoya los crímenes y la impunidad.
Como se sabe, 5 de los policías criminales ya fueron detenidos, aunque el comisario Alberto Donza, principalísimo responsable de los hechos permanece prófugo resguardado por sus superiores de la fuerza.
Madres: Alicia, Delma, Silvia, Alejandra, Cristina.
A la mamá de Franco, Alicia, la devastó la muerte de su hijo al igual que a todas. A días del crimen una parálisis facial le cerró el ojo derecho y le torció el labio. No puede parar de llorar y, en la Iglesia, esta Agencia pudo observar cómo al tiempo que acompañaba los rezos negaba con la su cabeza. Franco debía salir de la Primera de Pergamino el viernes y el jueves lo asesinaron.
-Alicia, te ví llorar y decir que no en la iglesia. ¿A qué le decías que no?
-No sé cómo explicarlo, le preguntaba a Dios ¿por qué?, ¿por qué? Y no lo puedo entender. La vida nos golpeó hace seis años con la muerte de mi nieto. Esa vez me enojé mucho con Él. Y ahora se llevó a mi hijo. Yo le preguntaba a Dios, ¿por qué otra vez a nosotros? Trabajo en Cáritas y sé que Dios los tendrá en sus brazos, pero nosotros no le hicimos daño a nadie, ¿por qué tanto dolor?
Por su parte, Anabel – compañera de Franco- se encuentra casi en el octavo mes de embarazo. “Es un varón, se va a llamar Bastián, porque Franco eligió su nombre. Teníamos muchos sueños y proyectos. Es nuestro tercer hijo. Imaginamos muchos cosas para ellos. Pero sé que tengo que ser fuerte y seguir la lucha para que los responsables paguen por la masacre”, narró a la APL.
A la vez, Silvia, mamá de Fernando La Torre – su único hijo- indicó que: “Él tenía problemas de adicción y yo fui varias veces a la Defensoría para que reciba un tratamiento, pero nunca lo recibió. Me pregunto por qué el estado no se ocupa de los jóvenes cuando tienen problemas. Y ahora vamos a continuar la lucha porque acá hay culpables que provocaron las muertes. A nosotros nos da mucha fuerza que hayan venido Pérez Esquivel, Nora y tantas madres que pasaron por lo mismo”.
Alejandra, madre de Juan Cabrera, explicó con desesperación que: “El sábado corté la ruta con mis hijas para pedir ayuda para mi otro hijo que tengo preso en la 49 de Junín, hermano de Juan. Le dieron dos puñaladas, le partieron la cabeza, lo tienen en la leonera. Le hacen todo eso en represalia a nuestra lucha. Por favor, no quiero perder a otro hijo: ¡ayúdennos, ayúdennos!”
A su turno, Cristina, mamá de Sergio Filiberto, narró que: “Yo vivía adentro de una media, no tenía idea de nada. Ahora comprendo lo que pasa en nuestro país. Y lo único que quiero es que el dolor de mi hijo y mi dolor no sean en vano, que nadie más pase por esto. Recibimos mucha solidaridad, hay talleres que nos prestan el lugar para hacer las siluetas o las remeras. Y todos los que vinieron con la Comisión por la Memoria nos dieron mucha energía para soportar este calvario que no tiene sentido. Si mi hijo cometió un error, no merecía la muerte”.
Sitio de Memoria
Roberto García, de la CPM, habló a los presentes al salir de la reunión con el fiscal general Néstor Mastorchio y los familiares: “Le pedimos al fiscal que disponga recursos para avanzar en la causa, que brinde protección a los testigos, chicos que estaban detenidos con los que murieron en la masacre y ahora están siendo hostigados en Junín”.
García fue aplaudido, cuando informó que “también pedimos que se investiguen las responsabilidades políticas de los funcionarios que permitieron que la comisaría estuviera en esas condiciones, les solicitamos que tengan el coraje de enfrentar al poder político que hizo caso omiso a todos los informes que daban cuenta del desastre anunciado. Y también hay jueces responsables, que sabiendo todo esto siguieron y siguieron enviando jóvenes a esos calabozos. Hay más responsables que los policías”.
Asimismo, Roberto García también anunció que la CPM reclamó que en la Comisaría 1° se cree un Sitio de Memoria, no solo por los 7 pibes, sino porque allí también funcionó un centro clandestino durante la última dictadura. “Es necesario que las nuevas generaciones conozcan la historia y no que se la oculten”, apuntó.
El intendente Martínez, el Club Atlético Douglas Haig y “la Gran Macri”
Javier Martínez, intendente de Pergamino, Capital Nacional de la Semilla, preside uno de los municipios más ricos del país, por la calidad de su tierra, su producción industrial y sus actividades agropecuarias. Sin embargo, estos recursos no se tradujeron en políticas públicas eficaces de contención para los jóvenes ni en mecanismos de control para desarticular el plan sistemático de exterminio de jóvenes pobres que perpetran los uniformados.
Sin dudas, este intendente de Cambiemos, es uno de los principales responsables de la masacre. ¿Y cómo llegó al poder? Imitando lo que hizo el presidente Mauricio Macri en Boca Juniors. Javier Martínez era titular del club más popular de Pergamino, Douglas Haig, que utilizó de plataforma de lanzamiento para ostentar hoy el cargo que ocupa en beneficio de pocos y para sufrimiento de muchos.
Dios en los cielos y la lucha en la tierra
El sacerdote de Pergamino dijo a las madres que sus hijos ya estaban con Dios y que Él les daría la juventud eterna. Lástima grande que el Señor no evitará la masacre policial. Lástima grande que no les diera más vida a los 7 pibes, acá, no en los cielos, para que – como corresponde- fueran ellos quienes enterraran a sus padres. O, por caso, para que Franco Pizarro viera crecer a su hijo Bastián quien lleva ocho meses en el vientre de su madre y no conocerá a su padre. Por alguna razón el Todopoderoso no lo hizo.
Será entonces tarea de los hombres y mujeres de la tierra luchar para que nuestros hijos no sucumban bajo la picana, el plomo, el fuego o el monóxido de carbono estatal. También, será su labor perseguir a los culpables hasta que paguen sus crímenes alevosos contra jóvenes indefensos. Que así sea.