(Por Bárbara Taboada/APL) El machi Celestino Córdova habló a su gente, este domingo, desde la cárcel de Temuco: «En un posible fallecimiento le pido a mi pueblo nación mapuche, a no bajar la guardia a luchar hasta hacer que el Estado chileno se coloque a la disponibilidad de devolver nuestro territorio ancestral mapuche, los recursos naturales vuelvan a todos sus habitantes que hoy muchos de ellas y ellos se encuentran privadas y privados de libertad por parte del Estado chileno, provocándoles mayores daños y perjuicios en el ámbito espiritual, personal y socioeconómico». Estas son las palabras de una autoridad ancestral mapuche que en el día de hoy se encuentra en 70 días de huelga de hambre, al igual que Sergio Levinao Levinao, Víctor Llanquileo Pilquimán, Sinecio Huenchullan Queipul, Freddy Marileo Marileo, Juan Queipul Millanao, Juan Calbucoy Montanares, Danilo Nahuelpi Millanao, Reinaldo Penchulef Sepúlveda y Antv Llanka Quidel, en cárcel de Angol ka puweichafe presos politicos mapuche en la Carcel de Lebu: Eliseo Raiman Coliman, Matías Leviqueo Concha, Carlos Huichacura Leviqueo, Manuel Huichacura Leviqueo, Esteban Huichacura Leviqueo, Guillermo Camus Jara, Cesar Millanao Millanao, Orlando Sáez Ancalao, Damián Sáez Saez, Robinson Parra Saez y Oscar Pilquiman Pilquiman. TODOS están arriesgando la vida por pedir solo lo que es justo: Que se respete el convenio 169 de la OIT, art.7,8,9 y 10. Pueden enviar adhesiones a modo de cartas, videos, fotos, etc. A giovanna.tabilo@gmail.com o por redes sociales. (Continúa en el link de más abajo).
La huelga de hambre es el último recurso que tiene un ser humano para demandar ante el estado.
Celestino Córdova no es una persona común, es un machi; y no cualquier persona puede ser designada como machi.
En su rol de autoridad, esta es la tercer huelga de hambre en donde exige el respeto al derecho de vida. Su presencia en cautiverio evidencia que el racismo global y la indiferencia Estatal al derecho de las primeras naciones milenarias, sostienen la colonialidad genocida de antaño, la cual jamás ceso, solo se ha modernizado.
¿Cómo entender la situación del machi si a ambos lados de la cordillera, se desconoce el significado del rewe, el rol de machi, la interacción con los nges del territorio?
¿Cómo comprender la situación del machi, si aún los estados americanos continúan negando la existencia de un territorio ancestral vivo, silenciando, encarcelando y criminalizando a sus interlocutores?
En Puelmapu ( parte este del territorio ancestral mapuche) la campaña genocida de Roca, se propuso como primer objetivo hacer desaparecer a nuestras autoridad ancestrales: pu Longko, pu Weychafe ka pu Machi (líderes comunales, guerreros, sabios, líderes espirituales, etc.)para que el conocimiento no se propague. Como plan sistemático se nos impone una única nación argentina. Se borran identidades y a gesta el neutral mestizaje. Buscaron volvernos “cabecistas negras”, materia prima obrera, ausente de identidad.
De modo similar ocurrió en Ngulumapu (parte oeste del territorio ancestral mapuche); allí el Estado Chileno, también accionó con la cacería de autoridades ancestrales. Si hoy Celestino Córdova esta privado de su libertad, es porque es un machi, una autoridad mapuche que el Estado Chileno se propone obtener como trofeo.
SER MACHI EN EL TIEMPO
Para comprender la figura y el rol de machi se necesita asumir una profunda atención, ya que su función al interior de la cultura mapuche es de relevancia central:
Machi son las autoridades espirituales designadas por los espíritus y fuerzas de la naturaleza, cuya labor consiste en intermediar entre las distintas dimensiones del universo, a efectos de mantener el equilibrio de las fuerzas existentes. En el ejercicio de esta función, pu machi desarrollan la curación de enfermedades, (que son originadas por desequilibrios integrales, corporales y espirituales), protegen a los territorios de los movimientos naturales, interpretan dichos fenómenos, y en definitiva, establecen la comunicación permanente con los ngen, (espíritus-fuerzas sobrenaturales) para lograr la armonía de la vida. Es por ello que son la máxima autoridad religiosa del pueblo mapuche, constituyéndose en pilares culturales, bases fundamentales para la continuidad de la vida.
Los machi son personas que han sido designadas no por sus pares, sino por los espíritus de la naturaleza para llevar a cabo su rol. No pueden desconocer dicha labor, pues no es una profesión u oficio que se elija; por el contrario, el reconocimiento de un machi se convierte en una pesada carga que la persona debe arrastrar durante toda su vida. El hecho de no aceptarla, ocasiona la inestabilidad de las fuerzas, lo cual puede causar estragos como enfermedades o la misma muerte de la persona o sus familiares. Por tanto, no cualquier persona puede ser designada como machi; la elección depende de múltiples factores:kupal, tuwun, machi filew ka pu perimontun.
Una vez que una persona acepta su calidad de machi, debe iniciar un proceso de preparación que culmina con el reconocimiento de su condición como autoridad.
Habiéndose formado es menester que prepare su espacio, donde albergará a los espíritus que le acompañarán durante toda su vida. Este espacio particular se estructura alrededor del rewe, consistente en elementos diversos de relevancia espiritual, centro del lugar donde el machi desarrolla sus ceremonias y da resguardo y cobijo a sus espíritus que le acompañan y guían.
30.000 AÑOS DE EXISTENCIA: NUESTRA SALUD SE SOSTIENE EN EL EQUILIBRIO CON LA NATURALEZA. LA DEVASTACIÓN Y EL EXTRACTIVISMO SOLO TRAJO ENFERMEDAD.
El azmapu (las leyes que rigen a nuestra cosmovisión mapuche) se vienen construyendo desde hace mas de 30.000 años; por lo que el mapuche sabe que la salud o la enfermedad es algo que se constituye de modo integral, es resultado de un equilibrio o desequilibrio territorial, comunal, psicológico, anímico y/o espiritual. A ambos lados de la cordillera se ha resistido y resiste al despojo por los estados americanos chileno-argentino; quienes desde su creación a la actualidad, provocan el genocidio, el saqueo, la negación y el olvido de nuestras raíces; la prohibición del habla de la lengua Mapuzungun, la prohibición de las prácticas culturales (educación, salud, alimentación, etc); la prohibición a la comunicación, interconexión, con el territorio.
Para el mapuche, el territorio lo es todo. No se concibe a la tierra como recurso, como dinero; se concibe al universo, a la totalidad de los espacios (mapu) como todo aquello material e inmaterial cargado de fuerza, de vida, de la que uno es parte, porque ya todo existe en uno, y viceversa.
Por esto, el territorio vivo sostiene la alimentación, la medicina y la comunicación con todas las formas de vida; provee alimento biológicamente activo, con memoria antigua – lawen (plantas- medicina) newen (fuerza); el agua, las raíces, los minerales, el sol, las lunas, los pasos, el dugun ( la palabra, el sonido), etc.
Así, la medicina mapuche se sostiene por y en el territorio como consecuencia; y conscientemente, se actúo siempre en reciprocidad y en protección de la vida. En este sentido, en nuestro andar se materializa el respeto a los espíritus, a las fuerzas, a pu ngen, pu pillan; así, conllevamos espiritualidad y no religión.
EN TIEMPOS DE PANDEMIA, COMO MAPUCHE NECESITAMOS SE RESPETO EL DERECHO A LA PROPIA MEDICINA: EL MACHI A SU REWE
Cuando decimos “tierra/territorio”, estamos hablando de un todo, donde la diversidad de fuerzas naturales constituyen las leyes sobre las cuales se sostiene la vida, TODAS las vidas, a cuya semejanza se reproduce la sociedad Mapuche y la vida cotidiana profundamente espiritual.
La persona encargada de mantener el vinculo con este orden natural es el/la Machi; por todo esto, la situación de salud del machi Celestino Córdova, estando cautivo, es sumamente delicada no solo para él sino para el total de la comunidad.
El lamngen (hno) Córdova se encuentra gravemente enfermo con kutran machi (desequilibrio espiritual, enfermedad de machi); ya que su salud se agrava cada día que avanza, por estar en estos 7 años, lejos de su Rewe.
La situación que afronta el Machi Celestino Cordova es extrema; ya que ha desarollado anteriormente extensas huelgas de hambre, las cuales se han extendido hasta 102 días, siempre exigiendo lo justo: se respete el Convenio 169 de la OIT.
SI NO LEVANTAMOS LA VOZ COMO MAPUCHE POR DEFENDER LA VIDA DE UN MACHI: ¿QUÉ SENTIDO TIENE EL SER MAPUCHE?
Debemos exigir al estado de Chile dar una respuesta urgente a las demandas del Machi Celestino y de los presos políticos en huelga, considerando las razones humanitarias a raíz de la pandemia del Covid 19, solicitar el cambio justo de las medidas cautelares y aplicación del Convenio 169 de la OIT, en específico los artículos 7,8 9 y 10 que norman sanciones penales a miembros de los pueblos originarios y que señala se deben priorizar sanciones distintas del encarcelamiento.
Pu puelche lamngen: si desde el Puel no levantamos voz por Celestino, entonces legitimamos los límites políticos impuestos por estos estados americanos. Si no nos duele lo que sucede en el Ngulumapu con nuestra gente, entonces Roca, Sarmiento y la educación argentina han hecho bien su trabajo, y aquí no queda nada.
No guardemos silencio, honremos a nuestrxs abuelxs, para que nos miren con orgullo.
La contaminación, y la devastación que genera este sistema extractivista depredador amenaza el futuro de todxs. Tanto Chile como Argentina encarcela y criminaliza a quienes defienden la Tierra, de norte a sur y de este a oeste. Si nuestrxs lamngen están privados de su libertad, es por defender la vida, y esto no es un acto criminal, es un acto humanitario.
A todxs lxs amigxs y gente justa les pedimos hagan lo que sea posible para romper los cercos mediáticos.
Pueden enviar adhesiones a modo de cartas, videos, fotos, etc. A giovanna.tabilo@gmail.com o por redes sociales.
A organizaciones y movimientos no originarios: es el momento para demostrar que no son cómplices del genocidio a nuestras naciones, y que realmente nos respetan; de otro modo seguiremos creyendo que solo nos quieren como figuritas para politiquerías partidarias en época de campaña.