(Por Oscar Castelnovo/APL) La Constitución sí otorga al gobernador Axel Kicillof la facultad de otorgar conmutaciones de penas a los privados de libertad en la provincia de Buenos Aires. Cualquiera puede leerlo en el artículo 144 de la Constitución bonaerense. Lástima grande que este martes haya mentido diciendo que las libertades o morigeraciones solo corresponden al Poder Judicial. Precisamente, en este distrito se hallan enjaulados unos 50 mil presos y cautivas, es decir más de la mitad de los que habitan el encierro en condiciones infrazoológicas en la Argentina. Tanto es así que todos los años la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), presidida por Adolfo Pérez Esquivel, elabora un extenso informe que titula «El sistema de la crueldad» sobre los sitios de encierro en Buenos Aires.
Es cierto que la presión de los lobbys de la muerte, Clarín, La Nación, entre otros, fogonearon el cacerolazo que metió miedo en el pueblo y en la casta política. Los unos a supuestos criminales que les quitarían tanto la vida como las propiedades y los otros a perder apoyo social contabilizados en votos. Artigas hizo célebre la frase «Con la verdad no ofendo ni temo», tan abandonada por los funcionarios. Porque numerosos países en el mundo, ninguno bolchevique, todos capitalistas, otorgaron arrestos domiciliarios con pulseras electrónicas o aplicaron otros institutos liberatorios a miles y miles de prexs, tal como la recomendaron la ONU, la OMS y Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Por otra parte, esta Agencia viene reiterando, junto a muchos otros, que la inmensa mayoría de los que habitan el encierro no son genocidas de la dictadura, ni violadores, ni feminicidas, sino que se hallan tras las rejas por delitos contra la propiedad o la infracción a la ley de drogas, y casi el 60% está en prisión preventiva. Así se puso el foco sobre esa mayoría y en quienes están a punto de cumplir condena o ya lo hicieron, enfermos de tuberculosis, asma, diabetes y otras afecciones; mujeres embarazadas, madres con hijos prisionizados, madres con hijos en su casa y otrxs vulnerables , analizando caso por caso. La superpoblación tiene en el punitivismo de Macri, Bullrich y Vidal a los responsables decisivos para llegar esta situación, pero todos los gobiernos anteriores hicieron copiosa su parte hasta llegar a este colapso.
Por su parte, la Suprema Corte de Justicia bonaerense suspendió «para revisar», el fallo de la Cámara de Casación que permitió la prisión domiciliaria de unos pocos cientos de detenidos motivada en el riesgo de que contraigan la Covid-19 en las cárceles provinciales superpobladas.
De este modo, el tiempo corre contra reloj frente al avance redoblado sobre territorio del pueblo enrejado. En sentido contrario a toda lógica humanitaria, Kicillof también anunció la creación de «1350 plazas nuevas» para lxs detenidxs. En ninguna cárcel existe higiene, solo inmundicia. Todas están hacinadas. Axel Kicillof no ignora que la enfermedades, las torturas y el verdugueo cotidiano organizan la vida y también el fin de ella tras los muros y las rejas.