(Por Adriana Revol/ APL) Centenares de personas contagiadas en todas las unidades. Están sin atención médica, ni paracetamol tienen. Los presos y cautivas están sin visita hace seis meses, pero lxs empleadxs del servicio penitenciario anduvieron de fiesta, no se cuidaron. El colmo fue un director de la Unidad de Contención del Aprehendido, que teniendo el resultado positivo, igual se presentó a trabajar. Dicho sea de paso se descubrió que tenía «guardada» toda una cantidad de elementos de limpieza, barbijos, guantes, alcohol en gel. Mientras el personal reclamaba por esos elementos. Se realizan poquísimos hisopados, el único hisopado a todos los presos de un pabellón, lo hicieron en Río Cuarto al pabellón ocho, con un resultado de cuarenta y ocho positivos, espacio en el que ya había un positivo.
Ese pabellón es de ochenta y cinco personas, y los dejaron conviviendo a los cuarenta y nueve positivos, con los treinta y seis que habían dado negativos. A algunos los tuvieron que sacar de urgencia al hospital, por ejemplo un pibe con diabetes, insulinodependiente a quien le negaron la prisión domiciliaria.
También en esa cárcel, el veinte de septiembre, muere Luis Alfredo García, de sesenta años, estaba alojado en el pabellón cinco. No le realizaron hisopados al resto de los cautivos. Hoy las personas con síntomas son cientos.
En Villa María dieron positivo personal del servicio penitenciario, y tres presos que trasladaron desde la UCA, de los cuales liberaron a uno que su salud se había complicado, dicen que terminó muriendo en el hospital Pasteur (hay que corroborar la información). También dió positivo un detenido en el pabellón dieciséis, y otro en el pabellón cuatro.
Hoy hay ciento de personas con síntomas sin atención médica y menos hisopados, algunos de ellos alojados en la capilla, y en el espacio para la visita privada.
En San Francisco hay empleadxs infectadxs y también se propagó el virus a los presos, ya dio positivo un pibe del pabellón cinco, y hay montón de personas con síntomas.
Bouwer está completamente desbordada con la cantidad de seres con síntomas. Las carpas amagan funcionar pero continúan desocupadas, y las personas alojadas en donde era el espacio para la visita privada, y también hay personas tiradas en los inmundos calabozos.
Hay personas gravemente enfermas en los calabozos.
También en la cárcel de mujeres sonó la alarma por dos empleadas del servicio penitenciario que trabajaban en la panadería.
En Montecristo ya hay cinco casos positivos, y una persona mayor, sesenta y cinco años, está grave, internada en el hospital Tránsito Cáceres. En este momento están haciendo hisopados a otras personas. Esta es una cárcel de pre egreso, y muchxs de ellxs están cumpliendo la doble condena que son las pericias técnicas.
Dificilísima situación es la que se vive en Cruz del Eje, prisión a la que llevaron varios de los internos que les había dado positivo estando en la UCA y en Bouwer. Aquí también los enfermos son aislados en el espacio destinado a la visita íntima y en los calabozos, los covid positivos (de los pocos que les hicieron hisopados) están en donde era el neuropsiquiátrico.
A nadie parece importarle que sucede en estos lugares de encierro. A un hospital las llevan recién cuando las personas están graves. Las personas son obligadas a salir del pabellón a trabajar, y de esta manera se va extendiendo la epidemia dentro de las cárceles.
Hasta parece que están queriendo eliminar pobres, ya que la pobreza no la pueden (o no quieren) eliminar.