(Por Kuña Mbareté/APL) Al finalizar la conmemoración por el Día de los Muertos, este martes hacia las 19:30hs, se llevaron tras una violenta detención por parte de la policía de Tierra del Fuego, a tres hermanxs quechua-aymara que se encontraban en el Cementerio del Mar de la Ciudad de Ushuaia.La violencia policial y el racismo se hicieron sentir este 2 de noviembre en dicho cementerio, cuando al finalizar, la conmemoración por el día de los muertos (Aya Marcay Quilla, en quechua) se llevó a cabo una violenta detención a una hermana y dos hermanos qué se encontraban en el lugar compartiendo, con sus sikus. Es decir, viviendo una ceremonia milenaria de dicho pueblo.
El hostigamiento por parte de la policía había iniciado pasado el mediodía, cuando según aseguran las denuncias por “ruidos y alcohol” se hicieron presentes una cantidad importante de policías de la seccional; y hacia el fin de la jornada detuvieron a dichas personas en un proceso que implicó violencia física, violencia de género e insultos racistas.
M. Quisver, una de las detenidas sobre la cual más se ensañaron por mujer y quechua, comenta «a mí me cagaron a palos dentro de la patrulla, un tipo se sentó en mi cabeza y no me dejaba respirar, mientras me esposaron re fuerte y me cortaba la circulación una cana me apretaba la mano, todavía me tiemblan los brazos, tengo las manos hinchadas”. Luego de esto debieron inyectarla porque no podía moverlos del dolor. Pero de eso, ni de las pericias qué le realizaron tiene registro.
«Con el cambio de guardia recién nos informaron de la situación, uno de los canas a los que le contaba lo que había sucedido me dijo que si él no vio lo que había pasado en la patrulla, eso no existía», continuó comentando a esta agencia. “En el calabozo me tuvieron cinco horas sin decirme bajo qué carátula estaba la causa, si es que tenía una; sin llamar a mi familia; no me dejaban ir al baño ni tomar un vaso de agua que pedía desde que entré. Trajeron a mi hermano y papá y lo mismo”. La falta de información sobre su estado fue un modo de proceder ante una persona qué estaba exigiendo un derecho básico; el saber porque había sido demorada, como se encontraba de los golpes, etc.
Ella, junto a su padre y hermano, fueron lxs detenidxs “por bolitas”, “por indios”, «se reían de nuestro apellido». De esa manera se refirieron en reiteradas oportunidades a ellxs. Es decir, por su origen, por sus prácticas, por su identidad. “Nos detuvieron porque alegaba que estábamos `en estado de ebriedad`, pero salíamos de una celebración. No estábamos haciendo bardo. A mí no me iban a agarrar, pero me plante y defendí nuestra práctica, le dije que todos en el cementerio estábamos compartiendo por una tradición que es amparada hasta por derechos internacionales. Ahí me agarró y me tiró al piso,pero a ellos eso les fue suficiente, nos venían molestando desde temprano, éramos los únicos haciendo música en todo el cementerio, para mí no fue aleatorio», concluye M. Quisver.
Si bien, ella fue liberada a la 1:38 de la madrugada, mientras que a ellos a las 5am de este 3 de noviembre; nunca les tomaron declaración ni les expidieron un papel que constante todo lo acontecido.
EL AYA MARCAY QUILLA, LA IDENTIDAD QUECHUA RESISTIENDO
La familia Quisver forma parte de “Claveles Rojos “ con base en la ciudad de Ushuaia. Espacio musical que práctica instrumentos autóctonos cómo el sikus, a partir del cual realizan diversas actividades tendientes a reforzar y recuperar la identidad quechua a niños y jóvenes en los barrios donde viven miles de familias de origen andino que se vieron forzadas a desplazarse de sus lugares de origen. Junto con ellxs se desplaza la identidad. Esa identidad fue la que este martes quisieron disciplinar las fuerzas represivas.
El Aya Marcay Quilla es un momento en el cual las personas se reúnen, en los cementerios, alrededor de la sepultura limpiándola, compartiendo alimentos y bebidas, conversando, escuchando música, etc. Es decir, es una forma de vincularse con los muertos totalmente opuesta a la occidental, por eso fue perseguida por siglos por la Iglesia, y por eso mismo, su historia está marcada de resistencia.
Hoy en día la persecución continúa con otros mecanismos de control, de represión, de disciplinamiento. La presencia policial ante lo que no es catolico, lo que no es blanco , y que derivó en la detención de la familia Quisver, fue justamente para eso; para dar a entender lo que se puede y lo qué no se puede hacer. Lo que es “normal” y lo que no. Como hacen desde hace más de 500 años.