Noviembre 1978. A los pocos días de esta foto (el 18), con esa misma camisa, fui secuestrado por la armada argentina y llevado en condición de detenido desaparecido a la ESMA. El capitán Acosta me prometió la muerte ( vos sos boleta me dijo) apenas entré. Mi condición de soldado del Grupo Especial de Combate del Ejército Montonero me sentenciaba. Cometió Acosta, dueño de la vida y de la muerte en aquel lugar, el terrible error de no cumplir con su palabra.
Desde ese mismo día me comprometí por la memoria de mis compañeros que si sobrevivía, iban a pagar por cada uno de sus crímenes, el y todos los otros genocidas.
Pasaron más de 40 años, y junto a compañeros como Cachito Fukman, Víctor Basterra, Lázaro Gladstein, Mario Villani y tantos otros, cumplimos y seguimos cumpliendo nuestra promesa.
Cárcel común, perpetua y efectiva para todos los genocidas por todos los compañeros.
NO HABRA MIENTRAS VIVA, NI OLVIDO, NI PERDÓN NI RECONCILIACIÓN !!
(La foto apareció hace poco tras el fallecimiento de mí madre que la tenía guardada en su álbum)