¿Cómo se enteraron sobre lo que ocurría aquel 2 de marzo en la comisaría?
Nos fuimos enterando por los medios que contaban la noticia del incendio. En los portales de noticias, como el de Crónica, publicaban los nombres de los chicos que habían sido afectados por el incendio. Mientras a nosotros, los familiares, no nos decían nada.
Una vez ahí, sufrimos el maltrato de las autoridades. Salían y leían una lista, sin tener consideración. Tal vez era un poco egoísta, esperaba que el nombre de mi hijo no estuviera.
Ese día, además, nos reprimieron. Nosotros pedíamos ver a nuestros hijos, y nos respondieron con balas de goma.
Desde entonces, durante todo este tiempo, si bien fuimos relatando qué pasó ese día, vamos recordamos más cosas cuando escuchamos a otros que también estuvieron ahí.
¿Cómo fue para usted declarar en el juicio?
Dolor por verle la cara a los policías imputados, como la del comisario Alberto Donza, fría, autoritaria, así como la de Carolina Guevara, que es madre, mostrando indiferencia. Encima los abogados de ellos hacían preguntas para confundir.
Este miércoles testimoniaron familiares que ese día se habían mensajeado con los chicos que estaban adentro. Fue muy importante lo que contaron.
Después pasaron un video que muestra el foco de incendio en el pasillo de la comisaría, y que ninguno de los policías que estaban ahí hizo nada para apagarlo.
El video muestra el incendio y que los chicos piden auxilio. Esto está aportado en la causa. Fue muy duro volver a verlo.
¿Qué otras pruebas hay contra los policías para imputarlos?
Hay muchas pruebas, además del video, hay testimonios de los familiares, como el de la tía de Franco Pizarro, una de las primeras en llegar a la comisaría. Relató que Carolina Guevara le decía que no pasaba nada.
Creo que durante el juicio se va a ir demostrando la culpabilidad de los policías, más con las testimoniales de los sobrevivientes.
¿Qué dice la causa por la muerte de los siete jóvenes?
Tengo la causa, pero nunca pude terminar de leerla por el dolor que me causa. Sé que ellos no solo no hicieron nada por apagar el fuego, sino que no los socorrieron. Podrían haber abierto las duchas, podrían haber sofocado el fuego con un balde de agua.
Las rejas estaban cerradas, los matafuegos no los usaron. Creo que el testimonio de los bomberos será muy importante. Porque los policías dijeron que habían perdido las llaves, por lo que no podían abrir las rejas.
Los policías hicieron de todo para impedir que los chicos fueran salvados.
¿Quiere contar algo sobre su hijo?
Sí, Fernando es mi único hijo. Es el papá de Francesca. Fernando sigue siendo la razón de mi vida, y voy a luchar hasta el último día de mi vida. Él tenía una vida, y merecía una oportunidad como cualquier persona. Si se había equivocado, lo estaba pagando.
Todavía no había sido juzgado, ninguno de los chicos tenían sentencia. La condena que le den a estos policías no me va a devolver a mi hijo.
Este juicio para mi hijo, ya es tarde. Mi hijo no vuelve. Es un juicio injusto. Pero si para esta sociedad que prejuzga, que dicen que eran siete chorros, siete lacras. Por el solo hecho de estar detenidos, fueron doblemente condenados. Condenados a la pena de muerte por esos policías, y también condenados por esta sociedad.
Nadie sabe por qué estaba cada uno ahí, nadie sabe sobre la vida de ellos. Parte de la sociedad de Pergamino fue muy cruel con nosotras. Decían cosas como ’ahí salen las madres de los chorros a hacer marchas’, sin importarles nada de lo que sentíamos.
Nosotras también fuimos condenadas por la sociedad, muchos dicen ’esos son los hijos que criaron’. Y yo no crié un hijo para que le fuera mal en la vida. Nadie sabe por lo que pasa cada uno. Fernando fue mi vida y va a seguir siéndolo. Día a día voy a seguir haciendo algo por él.
Creo que no tomé dimensión del tiempo que pasó. Solo me doy cuenta cuando veo a mi nieta, cuando mataron a mi hijo Francesca tenía ocho meses y hoy tiene tres años.
A mí lo único que me sostiene es hacer esto, luchar. Hacer una pancarta, preparar una marcha.
¿Quiere agregar algo más?
Sé que en el juicio se van a mostrar las pruebas de que los seis policías imputados hicieron de todo para impedir salvar a los chicos. Que los dejaron morir. Se los acusa de abandono de persona, seguido de muerte por multiplicidad de víctimas que tiene una pena máxima de 15 años. ¿15 años para pagar siete vidas?
Para mí, aunque la pena sea máxima, no me repara nada. Si es importante para la sociedad, para que vean que los pibes no se prendieron fuego solo, que es lo primero que dijeron.
Todavía no pienso en el final del juicio. Mi vida transcurre día a día, no puedo proyectar a futuro.